En esta edición los focos principales estarán sobre el corredor nacional, que acepta el papel protagónico y expresa que eso lo motiva más para intentar repetir la hazaña y darle una nueva alegría a los guatemaltecos.
“Sinceramente no tengo presión por ser el campeón defensor; al contrario, nos da más tranquilidad. Creo que es una ventaja que tengo con años anteriores de querer ganar la Vuelta”, expresó el corredor, quien dice que llega con buena preparación.
“Nos sentimos, gracias a Dios, bien. Hemos tenido una buena preparación con todo el equipo. Tratamos de hacer una preparación similar a la del año pasado, pero fue más exigente, por los cambios en el recorrido y los rivales”, agregó el campeón.
Ajpacajá acredita los últimos dos títulos de Decorabaños al compañerismo y al trabajo de grupo. Enfatizó que desde que se integraron a las filas del equipo quetzalteco se pregona la unión y que es más importante el equipo que lo individual.
A pesar de que es su vuelta número 10, el corredor sigue sintiendo las mismas ansias y el nerviosismo como al inicio. Recordó que ha tenido momentos duros y alegres, entre los que destaca su primera etapa que ganó en el tour en San Marcos, la etapa del año anterior que conquistó ante su gente en la cumbre María Tecún y la última etapa del 2018, cuando salió campeón.
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