“Ni una vez me dejó tocar su barba. Es una creación totalmente suya y su seña de identidad”, agrega Mevorach, afincado en Austria desde hace cuatro años con su pareja, Clemens.
Según el estilista jerosolimitano, Conchita y él se conocieron a través de un amigo común y desde entonces frecuentan el mismo círculo de amistades.
Tanto que Conchita no solo fue una de las invitadas a su boda, sino que cantó en la misma para ellos.
“Ella vino con un peinado espectacular, muy diferente al que lució en Eurovisión. Todo su look era devastador”, explica Mevorach, que formó parte de la pequeña delegación que acompañó al travesti al certamen en Dinamarca.
“Nos vemos casi a diario. Durante años, ha sido una figura controvertida; por eso su victoria es fantástica e inspira tanto orgullo“, subraya.
“A mucha fuerzas políticas en Austria no les gusta, ni les gusta lo que ella representa. Se ha convertido en una gran batalla política, y cada parte tiene algo que decir“, añade.
Por eso, a Mevorach la victoria de Wurtz le recuerda el impacto que supuso en Israel la participación y el triunfo en 1998 de la transexual Dana Internacional, que representó a su país con la canción Diva y la oposición de las comunidades ultraortodoxas judías.
“Como entonces, creo que esto conduce, en realidad, a un cambio en la forma en la que ella y la comunidad (gay) es tratada. (Conchita) Es la prueba de que se pueden cruzar barreras y conseguir la victoria para Austria“, argumenta.
“Cuando está en el escenario, Conchita es cien por cien una mujer. Pero cuando me encuentro con ella en la calle o con amigos y se presenta a sí misma como Tom (Neuwirth), entonces como amigo la llamo Tom y la trato como un hombre”, puntualizó.