Fue la atleta más joven de la delegación de Guatemala, con 17 años, que compitió en Río 2016. Debutó el 7 de agosto de ese año en la prueba de 400 metros libres, en la piscina del Estadio Acuático Olímpico. Posteriormente nadó los 800 metros libres, su especialidad.
Ese momento fue la cumbre de su carrera. El resultado a la disciplina que la caracteriza y a la pasión que siente por la natación.
Sin embargo, Valerie Gruest ha decidido ponerle fin a su carrera como profesional y ha compartido su historia para “afectar positivamente a otros que han pasado por experiencias similares”.
“Esto ha sido lo más difícil que he escrito, tanto mental como emocionalmente. Sin embargo, las palabras en esta página son las palabras más poderosas, liberadoras y sinceras que he escrito”, comienza la carta de Valerie.
La ahora exnadadora guatemalteca recuerda la alegría que le provocó el representar a Guatemala en cada competencia que estuvo. Su alto rendimiento también la ayudó en el tema académico, pues ganó una beca para estudiar en la Universidad de Northwestern y se graduó con honores.
“La natación me desafió a siempre superar mis límites”, continúa. “Sin embargo, mi realidad auténtica a lo largo de mi vida ha sido completamente diferente de lo que todos han podido ver”.
“Soporté abuso psicológico, físico y sexual mientras crecía. No fue hasta hace tres años que pude separarme de mi abusadora para detener este ciclo y procesar estos eventos”, señala Valerie.
En esta carta, Gruest envía un mensaje poderoso y recalca que comparte su historia para poder ayudar a quienes han estado en una situación similar.
“Quiero compartir mis experiencias personales como mujer latinoamericana, investigadora, atleta olímpica, artista y sobreviviente con la esperanza de afectar positivamente a otros que han pasado por experiencias similares”.
Durante su carrera como nadadora profesional, Valerie Gruest cosechó gran cantidad de medallas. Como las ocho preseas de oro que conquistó en el Campeonato Centroamericano y de México (Camex), en el 2012.
La exatleta también hace mención de que tuvo que superar varias lesiones, “más de las que puedo contar, me sometí a cuatro cirugías reconstructivas, mantuve mi cabeza a flote a pesar de haber sobrevivido a un abuso insufrible y luché con mi salud mental“.
También sumó cuatro medallas de oro, una plata y tres bronces en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Natación (CCCAN), en Costa Rica, en el año 2013.
Mientras estas glorias llegaban gracias a su esfuerzo, Valerie luchaba diariamente, en privado, con un estilo de vida totalmente diferente al que aparentaba.
“Ha sido difícil, ha sido una pelea diaria, y hubo momentos en que no estaba segura de si iba a lograrlo. Durante estos tiempos aprendí que la familia no es siempre de sangre: son los amigos quienes te apoyan en tus momentos más difíciles”, escribe.
“Después de toda una vida viviendo con miedo, quiero mostrar que puedes superar las adversidades en tu vida luchando desde la oscuridad para construir tu propio destino”.
Esta es la publicación que Valerie Gruest compartió en Instagram:
https://www.instagram.com/p/CBuPLnWAp0g/