“Estoy muy contento con el resultado, pues es la recompensa al sacrificio que se hace cada día en los entrenamientos. Me sentí muy cómodo en las motos, que gracias al trabajo de mi equipo se encuentran en óptimas condiciones”, expresó Reichert.
El 111 aprovechó las condiciones de la pista y que su moto estaba a punto para “mantener un buen ritmo de competencia y dominar por completo las cuatro vueltas”, y exigió a sus más cercanos competidores a dar un espectáculo de calidad, lleno de adrenalina y emoción.
“Para uno, como piloto, es muy importante ver cómo el deporte crece poco a poco, lo que te motiva a mejorar y no quedarse estancado”, dijo.
Una de las fortalezas del piloto nacional es su dedicación y disciplina en el deporte de la velocidad, pues ya sea en una motocicleta o vehículo se mantiene con el chip de competencia y lo motivan a dar su máximo esfuerzo cada día.