El atletismo es un deporte completo, con disciplinas agrupadas en carreras, saltos, lanzamientos, pruebas combinadas y marcha; es por eso que requiere de un conocimiento pleno de cada detalle, en especial cuando se trata de logística para una competencia oficial.
Gálvez y García están acostumbrados a realizar una especie de trabajo anónimo, en especial campeonatos nacionales, cuando los atletas llegan y se retiran de las pruebas sin saber quién cuidó todos los detalles en el evento.
Manuel Gálvez
“El ubicar las vallas en la pista o lo topes para las competencias de velocidad requiere una medición especial, que si llegara a fallar en una prueba sería un gran problema”, comparte Hugo García, quien ya tiene tres años en el trabajo, en el Estadio Nacional Mateo Flores.
Manuel Gálvez nació y creció en Cobán. Heredó la pasión por el atletismo de su padre Roberto Cayetano Gálvez, quien además le gustaba la lucha libre. “Recuerdo que organizó varias peleas. Se hacía llamar el Halcón Cobanero. En una ocasión llegaron los recordados Rayo Chapín y José Azzari”, asegura.
Compartir con atletas todos los días le ha permitido a Gálvez ir conociendo la vida de la mayoría de ellos. “Nos ha tocado aconsejar a los muchachos, pues se decepcionan e intentan retirarse. El atletismo es un deporte donde el éxito se cosecha trabajando cada día”, expresa.
“Esto que hago en el estadio Mateo Flores todos los días no lo veo como un trabajo, sino como una profesión. Hay días que uno entrega horas de más por la misma situación que a uno le gusta el deporte”, expresa.
La ilusión para Juegos Olímpicos de Río 2016 también corre por las venas de Gálvez y García, quienes aseguran que se ganarán dos medallas. “Una será de Mirna Ortiz y la otra, de Érick Barrondo. Ambos han mostrado su potencias y estamos seguros de que les irá bien”.