Deporte Nacional

Juan Ignacio Maegli: “Mi participación no fue ni muy buena ni muy mala”

Una de las más grandes satisfacciones con las que cuenta el velerista guatemalteco Juan Ignacio Maegli es haber finalizado en el octavo lugar de la clase láser en Río 2016.

Juan Ignacio Maegli regresó a casa con la mente puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. (Foto Prensa Libre: Francisco Sánchez)

Juan Ignacio Maegli regresó a casa con la mente puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. (Foto Prensa Libre: Francisco Sánchez)

Maegli llegó a Río después de la incertidumbre  de la  lesión de espalda que sufrió a principios de enero de este año y haberse quedado sin entrenador a tan solo dos semanas  de que se iniciaron las competencias. 

Venció los obstáculos, peleó codo a codo con los mejores navegantes del planeta y pese a las adversidades que  antecedieron a su participación en las justas veraniegas, Maegli brilló hasta finalizar como el  mejor guatemalteco de los 21 atletas nacionales que representaron al país en Río.

“Estoy satisfecho con el esfuerzo que se hizo, porque luché mucho. Encontré condiciones muy adversas después de tantas cosas que me sucedieron este año”, expresó Maegli.

Juan Ignacio Maegli, velerista guatemalteco


Su madurez y enorme esfuerzo le permitió también mejorar su actuación en Londres 2012, donde finalizó en la novena posición.

Esa es una de las más grandes razones que hoy alientan al velerista para que se someta a exámenes médicos que le ayuden a recuperarse plenamente de su lesión y a trabajar de manera intensa hacia Tokio 2020.

“Mi participación no fue ni muy buena ni muy mala, pero cumplí con lo que me había trazado, pese a todos los incovenientes”, aseguró.

Difícil camino
Si bien Juani fue el mejor guatemalteco en Río 2016, el camino se volvió tortuoso y estuvo cerca de no competir.
Una lesión en la espalda que sufrió  mientras competía en la Copa del Mundo en Miami lo mantuvo en jaque.

Dispuesto a poner en alto el nombre de Guatemala, el atleta guatemalteco optó por  competir, pese a las dolencias.
Después su entrenador, el español Alejandro Abascal dicidió no continuar al enterarse de que la salud de su esposa había empeorado.

“Mentalmente fue un golpe muy duro. Ni siquiera sabía si iba a competir en Río. Mi meta fue superarlos con actitud y por este tipo de cosas es que me quedo con mucha satisfacción haber alcanzado un octavo lugar en Río”, finalizó Maegli.

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