El guatemalteco evoluciona su técnica bajo la supervisión del granadino Paquillo Fernández, con el que trabaja junto a su esposa, la también atleta Mirna Ortiz, desde el pasado enero con base de operaciones en Guadix, Granada.
En Londres, el marchador regresará a la ciudad en la que en 2012 se convirtió en el primer medallista olímpico de la historia de su país, una plata y un hito que lanzó al atleta, por entonces con apenas 20 años, hacia la elite de la marcha mundial.
“En Londres fue prácticamente donde me di a conocer como atleta profesional”, reconoció Barrondo en una entrevista a Efe, un resultado que en su momento le reporto “mucha satisfacción” pero en el que no puede quedarse anclado.
Barrondo regresó a España, luego de una corta estancia en Guatemala y en la que pudo compartir con niños y jóvenes, charlas motivacionales.
Mirna Ortiz, por su parte, ha tenido que batir la marca por dos veces, la última este fin de semana pasado en La Coruña, con un tiempo de 1.32.24, ya que, a pesar de que el corte estaba en 1.36.00, la federación guatemalteca no aprobó los 1.35.47 que logró en marzo en Lugano, Suiza.
“Ha sido una preparación difícil”, dijo Mirna, quien hasta la última prueba no ha podido obtener esa marca mínima de la federación de su país.