El martes 7 de noviembre fue el primer entrenamiento de Ruano después de la medalla de oro conquistada en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Regresó a la rutina en el país, entre las prácticas, la familia y su profesión de nutricionista deportiva.
“Extrañaba volver al trabajo”, comparte mientras comienza a armar la escopeta que con la que dominó la prueba de foso olímpico y donde Waleska Soto, también de Guatemala, fue plata.
Adriana creció con la pasión del deporte. Primero hizo ballet y después gimnasia artística. Sin embargo, antes de buscar su clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 sufrió una grave lesión en la columna que la llevó a abandonar el deporte.
Fue de esa manera que encontró en el tiro con armas de caza la motivación para salir adelante en un deporte nuevo y con el cual, años más tarde, cumplió el sueño olímpico al clasificar a Tokio 2020.
Sentimientos encontrados
Otro golpe fuerte para la tiradora fue el fallecimiento de su padre, días después de competir en la edición anterior de los JJ. OO., que por la pandemia se celebraron en el 2021. “Ganar la medalla en Santiago me generó un sentimiento de agradecimiento a Dios. No sé de dónde he sacado fuerzas. Ha sido gracias a Dios, porque me ha dado la motivación para no desistir. Era algo que deseaba desde la muerte de mi papá, de poder honrarlo con este resultado”, expresa.
Además de la satisfacción de convertirse en la primera guatemalteca en ganar un oro panamericano en foso, la atleta festejó la clasificación a las olimpiadas de París. “El poder volver a unos juegos olímpicos es una revancha. Después de los de Tokio 2020 quedé agradecida con Dios de cumplir el sueño. No han sido años fáciles, pero nunca me he dado por vencida y hoy estoy obteniendo resultados”.
Recuerda que la actuación de Tokio no fue lo que esperaba, ya que terminó en la posición 26 con una marca de 110 platos. En París 2024 la guatemalteca llegará con más experiencia y con el desafío de mejorar su actuación y meterse a la pelea por los primeros lugares.
Sin bandera
Ruano calificó de “frustrante y triste” el no poder portar la bandera de Guatemala en una competencia del ciclo olímpico, por la suspensión del COI después de que la que Corte de Constitucionalidad suspendiera los estatutos del Comité Olímpico Guatemalteco.
“Siempre me imagino en lo más alto del podio cantando el himno nacional, viendo mi bandera. Es algo con lo que uno sueña en unos Panamericanos y en unos Juegos Olímpicos”, refiere la tiradora de 28 años.
La atleta mostró su gratitud, tanto a la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe como a la de los Panamericanos, por haber permitido que la delegación guatemalteca pudiera competir como atletas independientes, por el conflicto que vive el deporte olímpico nacional.
“Aunque en estas ocasiones no llevamos el nombre de Guatemala en nuestro uniforme, ni la bandera, uno lo lleva en el alma y el corazón. Es el orgullo de ser chapín. Al final siempre representamos a un país y los rivales lo saben”, enfatiza la seleccionada nacional.
Añade que el tema político del deporte se escapa de las manos de los atletas, pero que la aspiración de todos es que se solucione el problema lo antes posible y “exista un apoyo verdadero a los atletas” para viajar a París como delegación guatemalteca.
Durante el 2023, uno de los principales obstáculos ha sido la falta de entrenador de la selección de tiro con armas de caza.
En enero del 2022 se contrató al español Pedro Fariza, pero ya no se le renovó. Además, ha estado con el grupo solo por períodos, lo cual afecta la continuidad de la preparación. Se espera que para el próximo año los integrantes de la asociación logren formalizar un contrato y que Fariza prepare el trabajo antes de la cita en París 2024.