Mardini nació en Siria, fue ahí donde dio sus primeros pasos en el deporte, entrenó y compitió bajo la bandera de su nación. Sin embargo, debido a que la Guerra civil de Siria se expendió por todo el territorio del país, tomó la decisión de escapar en 2015.
Primero, huyó hacia Turquía, en donde tomó un barco en compañía de su hermana que las llevaría a Grecia. En el camino, la embarcación sufrió desperfectos y comenzó a hundirse junto a todas las personas a bordo.
En ese momento, Yusra, junto a su hermana y un par de personas más, tomaron la valiente decisión de lanzarse al agua y empujar el bote por horas en aguas abiertas.
Con la determinación de salvar su vida y la de las personas que le acompañaban, finalmente arribaron a una isla donde recibieron ayuda.
Finalmente, Yusra y su hermana llegaron a Berlín, donde encontraron la oportunidad de reconstruir su vida y empezar de nuevo a entrenar en una piscina local.
Tras no abandonar sus sueños y esperanzas, con 18 años participó en Río 2016, y ahora la nadadora de 23 años puede decir que ha sido abanderada olímpica y contar con dos presencias en Juegos Olímpicos.
Hoy en día representa a los más de 80 millones de refugiados que existen en el mundo, enviando un mensaje de esperanza y amor a cada uno de ellos, “Los refugiados no se rinden fácilmente, y seguirán soñando incluso después de pasar por viajes difíciles“, fueron sus palabras en su cuenta de Instagram.
De nadar para salvar su vida, a nadar en el evento deportivo más grande del mundo, esa es la vida de Yusra Mardini.