Valverde es el último vencedor de esta prestigiosa carrera con un triunfo hace un año que se labró en la subida al alto de Borda, muy cerca de meta, que en esta ocasión se presenta también como criba para la victoria final en el centro de San Sebastián.
El recorrido de esta Clásica, que también viene bien a hombres como Rui Costa, Philippe Gilbert o Romain Bardet, es prácticamente calcado al de la pasada edición, que se resolvió en esa cota tan exigente del 9 %, con repechos que alcanzan el 20 % en una carretera muy estrecha y que la masiva presencia de aficionados convierte casi en un pequeño sendero por el que cuesta transitar.
El español viene con un buen golpe de pedal tras haber sido tercero en el Tour de Francia y no tiene rivales tan cualificados como en la ronda gala, ya que a última hora ha causado baja el colombiano Nairo Quintana, Alberto Contador se descartó hace días y no se espera a Chris Froome, que figura como reserva en la lista enviada por su equipo a la organización.
Valverde, a pesar de las notables ausencias, no lo tendrá fácil y se perfilan como sus principales rivales el corredor del Katusha Purito Rodríguez, vencedor en dos etapas francesas, y también Luis León Sánchez, que sabe lo que es ganar en Donostia y que está capacitado también para poner en apuros al excelente ciclista murciano.