¿El blanco de los ataques ahora? LaVar Ball, el empresario de Los Ángeles padre de tres prodigios del baloncesto que se hace llamar “Big Baller” y cuyo hijo mediano, LiAngelo, fue arrestado en China junto con dos compañeros de equipo de la UCLA por robar un par de gafas de sol.
“No fue la Casa Blanca, no fue el Departamento de Estado, no fue la llamada de LaVar a gente en China lo que salvó a su hijo de una larga sentencia de cárcel – FUI YO”, tuiteó al cuestionar que el empresario no se lo agradeciera lo suficiente.
“LaVar es solo un pobre tipo en versión Don King, pero sin el pelo”, agregó, aludiendo al extravagante promotor de boxeo.
It wasn’t the White House, it wasn’t the State Department, it wasn’t father LaVar’s so-called people on the ground in China that got his son out of a long term prison sentence – IT WAS ME. Too bad! LaVar is just a poor man’s version of Don King, but without the hair. Just think..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 22, 2017
El mandatario, que ya había criticado por esto a LaVar el fin de semana, le recordó que podría haber tenido a su hijo preso –con una condena de entre cinco a 10 años– en Acción de Gracias.
“Pero recuerde LaVar, robar en las tiendas NO es algo menor. Es un gran problema, especialmente en China”, dijo Trump, antes de rematar con un “¡Tonto ingrato!”.
…LaVar, you could have spent the next 5 to 10 years during Thanksgiving with your son in China, but no NBA contract to support you. But remember LaVar, shoplifting is NOT a little thing. It’s a really big deal, especially in China. Ungrateful fool!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 22, 2017
“¡Gran falta de respeto!”
El presidente también continuó su guerra verbal con la NFL, la liga profesional de futbol americano.
Trump, quien hace tres años no pudo comprarse un equipo de la NFL, instó a los dueños de esa liga a despedir a quien organice una protesta durante el himno nacional, iniciadas por el ex mariscal de campo de los 49ers de San Francisco Colin Kaepernick para protestar contra la brutalidad policial y la injusticia racial.
Trump insiste en que esas manifestaciones son “irrespetuosas” con los símbolos patrios y el país, y su llamado a boicotear la NFL ha recibido cierto apoyo.
The NFL is now thinking about a new idea – keeping teams in the Locker Room during the National Anthem next season. That’s almost as bad as kneeling! When will the highly paid Commissioner finally get tough and smart? This issue is killing your league!…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 22, 2017
El lunes le ladró a Marshawn Lynch, de los Oakland Raiders, quien escuchó el himno mexicano de pie en un partido en México y se sentó durante el estadounidense.
“¡Gran falta de respeto! La próxima vez la NFL debería suspenderlo por el resto de la temporada. La asistencia y las mediciones de audiencia bajan”, apuntó en Twitter.
Y el miércoles, volvió con el tema tras conocerse que la liga podría pedir a los equipos que se queden en el vestuario la próxima temporada mientras se emite el himno nacional.
“¡Eso es casi tan malo como arrodillarse!”, tuiteó Trump, preguntándose cuándo se podrá “duro e inteligente” el jefe de la NFL que gana mucho dinero.
“Atacar a atletas negros”
La mayoría de los jugadores de la NFL que protestaron son afroestadounidenses y los continuos ataques de Trump han sido fuertemente criticados.
“El deporte favorito de Donald Trump es atacar a los atletas negros en Twitter”, escribió el miércoles en la red social Tommy Vietor, ex vocero del Consejo de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama.
La NBA tampoco ha quedado afuera de la polémica. Trump retiró en septiembre una invitación a la Casa Blanca al equipo campeón, el Golden State Warriors, luego de que su estrella Stephen Curry, crítico del mandatario, se dijera reacio a hacer la tradicional visita.
Por eso la superestrella de la NBA LeBron James cargó las tintas contra Trump. “¡Ir a la Casa Blanca fue un gran honor hasta que usted apareció!”, le dijo en Twitter.
James, que hizo campaña por la demócrata Hillary Clinton en 2016, acusó al presidente de usar los deportes para dividir a los estadounidenses.
Dos entrenadores de la NBA, Gregg Popovich de los San Antonio Spurs, y Steve Kerr, de los Warriors, también criticaron a Trump, pero aún no han sido blanco de su ira.
Popovich dijo el mes pasado que era un “cobarde desalmado”, “no apto intelectualmente, emocional y psicológicamente” para estar en la Casa Blanca.