“He tomado esta decisión porque me han asegurado que podremos terminar a tiempo la construcción. Por el contrario, lamentablemente, el estadio no estará listo para el Mundial de Rugby de 2019″, lamentó, resaltando no obstante que el gobierno sigue apoyando este evento.
Inicialmente, la factura se elevaba a 162.000 millones de yenes (1.200 millones de euros) , pero pronto ascendió a 252.000 millones de yenes (1.870 millones de euros), una cifra nunca vista en la historia del deporte; a título de comparación, el estadio de los Juegos Olímpicos de Londres costó poco más de 624 millones de euros, y el de Pekín, 417 millones.
El arquitecto japonés Tadao Ando, presidente del jurado que eligió el diseño del nuevo estadio a finales de 2012, se mostró sorprendido el jueves por el coste final, pero defendió el proyecto de su colega británico-iraquí Zaha Hadid, cuya estética futurista también ha creado polémica.
“No podemos abandonar a Zaha. Si lo hacemos perderemos toda nuestra credibilidad en el extranjero”, advirtió.