“En realidad, hubo terribles momentos de sufrimiento ya que no podía moverme, tiempos en que yo tenía demasiado miedo” , recordó el ex número uno del mundo, operado tres veces de la espalda entre 2014 y 2015.
Durante la semana que pasó en el lujoso viaje de Albany, Woods no parecía sufrir de su espalda.
Incluso más de una vez mostró destellos de su genio, que le permitió permanecer 683 semanas en la cima del mundo y la recolección de 79 títulos, incluyendo 14 Grand Slams.
Los registros de Nicklaus y Snead
No es sorprendente que el golfista más famoso del mundo, reconocido por su determinación en la formación y su búsqueda de la perfección casi patológica, no volviera a marcar diferencias.
“Si yo no creyera que podría recuperarme (deportivamente), no estaría de vuelta, yo también siento orgullo,” dijo Woods con firmeza.
El jugador estadounidense, que cumplirá 41 años en diciembre, estuvo 466 días sin competir. Su última temporada exitosa data de 2013 y la posibilidad de superar a Jack Nicklaus (18 Grand Slam) o incluso a Sam Snead (81 títulos de la PGA) decrece cada día.
Para el año 2017, Woods hasta el momento no tiene otro objetivo que no sea “jugar una temporada completa (sano)” .
“Vamos a tener que ser inteligentes y voy a tomar un par de semanas para (definir su calendario para 2017) con mi equipo” , admitió Woods, quien terminó la semana en el puesto 898 del ranking.
“Hacer las cosas de manera diferente”
“Está claro que yo no puedo hacer lo que hacía antes. Cuando empecé, tuve una de las unidades más largas del circuito, en la actualidad hay 50 jugadores que le pegan más que yo, pero sólo significa que tengo que hacer las cosas de manera diferente” , insistió Woods, cuya último gran título fue el Abierto de Estados Unidos del 2008.
“Puedo correr más de 30 millas a la semana como hacía antes, pero es una cuestión de edad, tengo cuatro operaciones de rodilla y tres en la espalda. Ahora debo pasar por el fisioterapeuta durante dos o tres horas, y tomo baños de hielo” , reveló Woods.
En su ausencia, la clasificación mundial ha sufrido cambios con la aparición de sus compatriotas Jordan Spieth y Dustin Johnson, y el australiano Jason Day.
Los contendientes se han multiplicado, como demuestra la temporada de 2016, cuando cuatro títulos principales cayeron en cuatro jugadores distintos que nunca habían ganado en este nivel.
Pero Woods, “sorprendido” por las muestras de amistad que recibió de sus rivales durante su ausencia y con motivo de su regreso, está feliz de haber vuelto: “me encanta la competición, sólo estoy feliz de jugar de nuevo”, subrayó.
“Ganar lleva tiempo, que pasará a través de horas de entrenamiento en casa, seguido de torneos, y un día te encuentras en posición de ganar un domingo un Grand Slam”, soñó en voz alta.