Stern, un graduado en Derecho por la Universidad de Columbia, y seguidor desde niño de los Knicks de Nueva York, comenzó su andadura dentro de la NBA como asesor jurídico, en 1978, cuando la organización no pasaba por sus mejores momentos.
Pero desde que tomó posesión de la oficina de Comisionado, el cuarto en la historia de la organización, el 1 de febrero de 1984, daría comienzo una trayectoria profesional única y un legado único.
Con un estilo de gestión autoritario y de control del negocio, como su padre manejaba la tienda familiar en Teaneck, Stern, desde la oficina en la Olimpic Tower de Nueva York, que ocupó durante 30 años, logró transformar a la NBA de un ente en plena crisis en una multinacional con ingresos anuales cercanos a lo 6.000 millones de dólares.
En su camino para conquistar el mundo, Stern no descartó a nadie que estuvo a su lado, buscando siempre la excelencia y que todos diesen lo mejor como profesionales y personas, mientras era implacable con los que se oponían a su gestión.
De esta manera dio paso a una multinacional que enfocó como un negocio, que fue creciendo gracias a un habilidoso sistema de mercadotecnia en torno a superestrellas como Michael Jordan, Magic Johnson, Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y LeBron James, entre otros.
Antes de Stern y en los primeros años de su mandato, la NBA era una liga cuyos partidos de playoffs se pasaban diferidos, mientras actualmente las Finales se ven en más de 200 países y se trasmiten en 47 idiomas con contratos multimillonarios de televisión.
Su gestión económica permitió que cuatro franquicias pasasen de estar al borde de la quiebra a que ahora superen el valor de más de 1.000 millones de dólares si fuesen puestas a la venta.
La NBA cuando se retiró Stern, en enero del 2014, generó 5.500 millones de dólares en ingresos anuales, y los equipos tenían un valor promedio de 634 millones mientras los jugadores promediaban 4 millones en salario anual, que actualmente es ya de 7,7 millones de dólares.
La permanencia de Stern en el cargo, la más larga entre todos los comisionados de ligas deportivas profesionales en Estados Unidos, hizo que la NBA se convirtiese también el modelo perfecto de la nueva globalización que se vive en el mundo, adelantándose más de una década a esa realidad.
Stern, que fue contratado como asesor general de la NBA en 1978, un año antes de que Larry Bird y ‘Magic’ Johnson ingresaran a la liga, lo utilizó como los elementos perfectos para darle una nueva dimensión, y el mismo año en que la NBA hizo su primera incursión en el extranjero cuando los Washington Bullets enfrentaron al Maccabi de Tel Aviv en Israel.
El comisionado emérito fallecido fue el que visionó los momentos históricos de la formación del ‘Dream Team’ de Estados Unidos, el conjunto de estrellas de la NBA que causó furor en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
La incursión de estrellas como Jordan, Bird, Johnson, Charles Barkley y Scottie Pippen lanzó internacionalmente a la NBA e incrementó los valores de sus equipos, ganando mercado y aficionados en China, Europa y la India.
Además de ver como los mejores jugadores del mundo también comenzaron a llegar a la NBA para hacer la diferencia positiva en el campo deportivo con jugadores como el español Pau Gasol, el alemán Dirk Nowitzki, el francés Tony Parker y el argentino Manu Ginóbili, decenas de jugadores extranjeros que están o han estado en el mejor baloncesto del mundo.
Durante su etapa, la liga se expandió de 23 a 30 equipos y los Knicks de Nueva York, Los Angeles Lakers y los Bulls de Chicago triplicaron sus valores como franquicias.
Stern superó también con éxito los graves problemas laborales que se le presentaron, incluyendo las disputas salariales con los jugadores, que dieron lugar a temporadas acortadas por paros en 1999 y 2011-2012, que superó con advertencias como que “pudo enterrar a cualquiera”.
Mientras que conocía mejor que nadie el mercado laboral y de ahí que bajo su mandato se establecieron topes salariales y las normas del impuesto de lujo que niveló los gastos y trajo una paridad financiera entre los equipos.
También pasó por otros momentos difíciles que afectaron la credibilidad de la liga, como la pelea entre los jugadores de los Pacers de Indiana y Pistons de Detroit, que involucró a algunos espectadores, o cuando el árbitro Tim Donaghy fue encontrado culpable de haber hecho apuestas en los partidos en los que trabajó.
La crisis que se le presento cuando ‘Magic’ Johnson anunció en 1991 que había contraído HIV permitió ver la mejor imagen de un Stern compasivo y comprometido con la causa del jugador al que acompañó y estuvo a su lado en todo el proceso de dar a conocer al mundo la noticia para luego reivindicarlo como profesional.
Stern aplicó suspensiones de por vida a los encontrados culpables de dopaje en la década de 1980, limpiando la reputación de la liga, e incluso impuso un código de vestimenta para ayudar a convertir a los jugadores en modelos de mercadotecnia y estrellas de la moda.
Fiel a su estilo de imponer siempre su autoridad, Stern, antes de dejar el cargo, multó con 100.000 dólares al dueño de los Mavericks de Dallas, Mark Cuban, por criticar a los árbitros de un partido, que elevaría a 1,9 millón de dólares lo que tuvo que pagar por el mismo motivo desde que llegó a la liga.
Ahora, tras su fallecimiento, la mayoría admitió que su trayectoria y legado perdurará en el tiempo como el del mejor comisionado del deporte profesional en Estados Unidos, que siempre apostó por las metas más ambiciosas y al final lo conquistó todo.
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