Aferrada a su poderoso servicio (14 saques directos) y a su imperial derecha (29 golpes ganadores), la menor de las hermanas Williams dio un paso más en su ambiciosa carrera hacia el Grand Slam (esta temporada ya ganó el Abierto de Australia y Roland Garros).
“Estoy muy emocionada. Estaba un poco nerviosa al principio del partido, ya que son unas semifinales de Wimbledon y hacía mucho tiempo que no llegaba aquí”, dijo Serena tras el encuentro.
“Ella jugó muy bien. Mediado el partido mejoró su tenis, lo que me permitió aumentar también mi nivel. Estoy muy feliz de haberme llevado la victoria y de estar en la final de Wimbledon”, agregó.
En la final, a Serena le espera la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, que hoy se impuso en la otra semifinal a la polaca Agnieszka Radwanska, cabeza de serie número 13 en Londres, por 6-2, 3-6 y 6-3, en una hora y 56 minutos.
“Garbiñe es una gran jugadora; ya me ganó antes y no será un partido fácil, para nada. Tendré que pelear mucho”, declaró Serena, que el sábado luchará por su vigésimo primer título de Grand Slam.