La veteranía de Rossi debiera ser un grado frente a los más jóvenes Lorenzo y Márquez, aunque ninguno de los dos parece que se lo vaya a poner fácil al italiano, quien deberá emplearse a fondo si no quiere ceder el liderato frente a sus rivales, que comienzan a segunda parte de la competición en plenitud de forma y con un Marc Márquez en mucho mejores condiciones técnicas que hasta ahora.
Al parecer, los problemas técnicos con su Repsol Honda RC 213 V comenzaron a desaparecer en la carrera de Alemania, disputada en Sachsenring, y que ganó el doble campeón del mundo de MotoGP de 2013 y 2014, pero dieron un paso definitivo hacia su solución en los posteriores entrenamientos que realizó el equipo.
Indianápolis debe ser la confirmación de que los problemas de rendimiento de la moto de Márquez han quedado en el olvido y una victoria sería la mejor manera de comprobarlo, pues el triunfo le acercaría aún más a sus rivales y animaría la pelea por el campeonato hasta el final de la temporada.
La regularidad de Valentino Rossi debe ser su mejor arma ya que el nueve veces campeón del mundo italiano tiene como peores resultados cuatro terceras posiciones, o lo que es lo mismo, no se ha bajado del podio en lo que va de temporada, por lo que tanto Lorenzo como Márquez deberán emplearse a fondo si quieren alcanzar y superar a su rival en los nueve grandes premios que restan por disputarse en la presente campaña.
No se puede olvidar en esta pelea a los pilotos de Ducati, los italianos Andrea Dovizioso y Andrea Iannone, si bien la tercera plaza del segundo de ellos en el campeonato parece más fruto de la regularidad exhibida por el piloto que del potencial de las Desmosedici GP15 frente a sus rivales de Yamaha y Honda.
Indianápolis será un gran premio de novedades, con el regreso del español Toni Elías para suplir la baja por lesión del checo Karel Abraham y también por la llegada del alemán Stefan Bradl al equipo oficial de Aprilia que dirige en el campeonato el italiano Fausto Gresini.
Bradl se encontró con la noticia de que el máximo propietario de su equipo en la actual temporada, Giovanni Cuzari, era detenido en Suiza y sus equipos en el mundial de motociclismo paraban la actividad, por lo que al campeón del mundo de Moto2 en 2011 le tocó mover ficha y, tras conseguir la rescisión del contrato de mutuo acuerdo entre ambas partes, buscar un nuevo equipo para no acabar en el dique seco.
La opción más clara era la de Aprilia, que junto a Álvaro Bautista y tras la rescisión del contrato del italiano Marco Melandri, contó con los servicios de su piloto probador Michael Laverty, aunque carrera a carrera, por lo que el acuerdo entre Stefan Bradl y Aprilia no parecía complicado y no tardó en concretarse.
El también español Héctor Barberá (Ducati Desmosedici) tendrá la responsabilidad de defender su mejor posición en la categoría “Open”, mientras que los oficiales de Suzuki, Aleix Espargaró y Maverick Viñales, han conseguido un muy buen rendimiento en la primera parte de la temporada que por uno u otro motivo no han podido refrendar en pista y eso es lo que buscarán en Indianápolis, como también Pol Espargaró, todavía sin su futuro concretado, aunque con la satisfacción de haber conseguido para Yamaha el triunfo en las prestigiosas Ocho Horas de Suzuka.