Quizás la noticia de la marcha de Jorge Lorenzo al final de la temporada a Ducati, unido a los problemas con su neumático trasero, que deslizó demasiado a partir de la mitad de la carrera, hayan servido de acicate al nueve veces campeón del mundo italiano, que no ganaba en Jerez de la Frontera desde 2009 y no conseguía la mejor clasificación de entrenamientos desde 2005.
El italiano supo manejar en todo momento el desarrollo de la carrera, aguantó el tirón inicial de Jorge Lorenzo y luego se marchó para lograr una ventaja suficiente que, cuando le avisaron desde el muro de su taller que empezaba a decrecer, supo gestionar para mantener en una diferencia más que tranquilizadora.
Tercera posición
Este ha sido el primer envite en Europa del Campeonato del Mundo y de él se puede sacar alguna que otra lectura más, pues Jorge Lorenzo aguantó todo lo que pudo tras su compañero de equipo y si la moto no le falla él debe ser su rival más directo por el equilibro que ambas parejas, Rossi/Yamaha y Lorenzo/Yamaha han demostrado desde la pasada campaña.
Pero tras ellos viene un líder del campeonato que parece haber dado un salto cualitativo de calidad, sobre todo en lo que se refiere a no “perder los papeles” cuando las cosas van mal dadas y en Jerez el piloto de Repsol Honda supo “nadar y guardar” la ropa para minimizar al máximo la superioridad de sus rivales.
La tercera posición conseguida en Jerez es un resultado más que positivo para Marc Márquez, que se marcha camino de Le Mans (Francia) como líder sólido de MotoGP con 17 puntos de ventaja sobre Lorenzo y 24 respecto a Valentino Rossi.
La exhibición del surafricano Brad Binder es digna de ser mencionada pues su primera victoria en el campeonato del mundo de motociclismo no podía llegar de mejor manera, con una auténtica exhibición de poderío desde la última plaza de la formación de salida hasta el primer peldaño del podio.
Los técnicos informáticos de Binder se equivocaron al cargar un programa de “software” que no estaba homologado por el campeonato y en lugar de hacerlo en una centralita libre hicieron en la autorizada para la carrera por la dirección técnica, con lo que la sanción no se hizo esperar y el surafricano se vio abocado a salir último, pero ni por esas se desalentó.
En cuanto se apagó el semáforo comenzó una carrera frenética contra todos sus rivales que le llevó con tiempo más que suficiente hasta el grupo de cabeza, al que doblegó y dejó atrás para conseguir un triunfo cargado de épica.
Y eso, épica, fue lo que faltó en Moto2, en donde el británico Sam Lowes (Kalex) demostró que era el más fuerte durante los entrenamientos y en carrera no hizo más que sentenciar su superioridad. Punto