“Las cosas están cada día más feas” , dijo Rivaldo. “Le aconsejo a todos los que piensen venir a Brasil para los juegos de Río que se queden en casa. Pondrán sus vidas en peligro aquí. Y ni qué hablar del estado de los hospitales públicos ni del embrollo político” en que se encuentra Brasil, cuya presidenta Dilma Roussef enfrenta un juicio político, agregó Rivaldo.
“Solo Dios puede cambiar las cosas en nuestro Brasil” , señaló.
Amnistía Internacional dijo recientemente que al menos 11 personas murieron en abril a manos de la policía en tiroteos en las favelas de Río. Agregó que la policía mató a al menos 307 personas el año pasado.
La violencia es uno de numerosos problemas que enfrentan los primeros juegos olímpicos sudamericanos. Si bien las instalaciones están casi todas listas, hay un brote de zika, el agua está contaminada y las ventas de entradas alarman a los organizadores. Brasil, por otro lado, padece su peor recesión en décadas y la presidenta se tambalea en la cuerda floja.