A causa del mal estado de la pista, con mucha agua acumulada en el asfalto por la intensa lluvia que acompañó la disputa de toda la carrera, Bianchi, de 25 años, perdió el control de su Marussia-Ferrari, que acabó impactando violentamente contra una grúa que, a su vez, estaba retirando el Sauber del alemán Adrian Sutil.
“Cada noche dormimos con el teléfono al lado y cuando nos levantamos por la mañana pensamos en la vida de Jules, pero también en la muerte. Estamos obligados a hacerlo en una situación en la que sabemos que le pueden pasar muchas cosas”, afirmó el padre.
Philippe Bianchi dijo no estar seguro de que neurológicamente su hijo pueda hacer muchas cosas, pero subrayó que mantiene la esperanza mientras este siga vivo.
“Todas las personas que piensan en él le dan energía y creo que él lo nota. Es muy bonito. Estamos muy agradecidos por todos los mensajes porque Jules no era Michael Schumacher” , indicó en esa cadena.
Philippe recordó que hace un año, en el Gran premio de Mónaco, su hijo vivió uno de los mejores momentos de su carrera, al puntuar en Fórmula Uno.
“Creo que fue la culminación para Jules, su sueño era puntuar en F1 y lo logró con Marussia”, añadió su padre, que se alegró de haber estado con él en Montecarlo y de haber sido el primero al que su hijo abrazó acabada esa carrera.