Si gana uno de los dos partidos que le quedan, ante Murray, número dos, o Ferrer, número siete del mundo, tendrá prácticamente garantizadas las semifinales del único gran torneo que le falta.
Nadal había ganado a Wawrinka en 13 de las 16 ocasiones en que se habían enfrentado. Pero las dos últimas malas temporadas del mallorquín han hecho que muchos adversarios recorten diferencias en su rivalidad.
De hecho, Nadal se clasificó para el torneo que reúne a los ocho mejores como quinto del mundo, su peor clasificación en sus 11 Másters. Cuando Nadal, ganador de 14 torneos del Grand Slam, batió a Wawrinka en Shanghai, en octubre, hacía más de un año que no ganaba a uno de los cuatro primeros jugadores del mundo.
El suizo, un año mayor que Nadal, rompió el primer servicio del mallorquín con un juego en blanco, pero éste se recompuso y recuperó inmediatamente su servicio.
A partir del 1-1, el partido se equilibró y se vieron buenos intercambios, hasta el octavo juego del primer set, que pareció inclinar psicológicamente la balanza del partido del lado del mallorquín.
En ese octavo juego, Wawrinka cometió una doble falta para desperdiciar una de las tres oportunidades, hasta que Nadal aprovechó su tercera oportunidad para romper el servicio y el suizo respondió rompiendo la raqueta con rabia.
Al final, Nadal se anotó la primera manga en 37 minutos por 6-3. La mejor noticia para el mallorquín es que el servicio le funcionaba y su mortífero e imprevisible golpe de derecha se parecía al de sus mejores tiempos.
La segunda manga tuvo un arranque loco, con un primer juego en el que Nadal desperdició siete oportunidades de ruptura.En el segundo, fue Wawrinka el que tuvo contra las cuerdas a su rival pero falló. Completamente desquiciado, Wawrinka perdió el servicio en su siguiente juego y Nadal se vio con una ventaja de dos juegos, 3-1, que mantendría hasta el fin de la manga (6-4).
Nadal persigue en Londres un título que no tiene, pese a llegar dos veces a la final (2010 y 2013, frente a Roger Federer y Novak Djokovic respectivamente).
El mallorquín busca convertirse en el primer español campeón de unas Finales Barclays ATP World Tour desde que Àlex Corretja lo hiciese en 1998 (ganando a su compatriota Carlos Moyà).