Como en las tres primeras rondas, Nadal se mostró implacable en las dos primeras mangas ante un rival que jugó su mejor tenis cuando se acercaba a la derrota.
Sock fue capaz de lograr un parcial ante el español, que recuperó su mejor nivel en el cuarto set para sellar la victoria.
El mallorquín, desplazado de su querida central a la Suzanne Lenglen por segundo partido consecutivo, sabía que el éxito pasaba por mover y variar los golpes al estadounidense hasta que claudicara.
Enfrente había un hombre sin respuestas, que pisaba por primera vez los octavos de un Grand Slam y que era superado por la envergadura del que ha ganado 71 partidos en Roland Garros por sólo una derrota.
El mallorquín no sólo crecía con respecto al partido anterior, también lo hacía en el transcurso de su duelo ante Sock.
El español recuperó las riendas en la cuarta manga, solucionada sin complicaciones, y recordó a Sock quién sigue siendo el rey en París.