A la entrada del hotel, Mayweather Jr. reiteró que era el mejor boxeador de todos los tiempos, incluido el legendario Muhammad Ali, y no se olvidó de recordar a todos que comprasen el acceso a la televisión de pago, 100 dólares, para poder ver la pelea.
“No tengan duda, tuve un gran campamento, voy a demostrar por qué decidí aceptar esta pelea, y lo haré con hechos en el cuadrilátero”, comentó Mayweather en una breve entrevista.
Sin embargo, el veterano promotor Bob Arum, que supervisa los intereses de Pacquiao, ironizó sobre la definición de Mayweather Jr. que es mejor que Ali al decir que seguro que lo supera, pero en gastar dinero.
El pensar de Arum, que fue el que formó a Mayweather Jr., es el sentir de los grandes analistas del deporte del boxeo que consideran que suceda lo que suceda en la pelea del sábado, ninguno de los dos púgiles puede compararse a boxeadores legendarios como Ali, Joe Louis, Sugar Ray Leonard, y Thomas Hearns, entre otros.
Lo máximo que pueden alcanzar es estar entre los 10 mejores de la historia, pero no por lo que hagan en la pelea del sábado, en la que todos están de acuerdo que llega tarde en cuanto al apartado deportivo se refiere.
Aunque sí hay que reconocerles a ambos púgiles que con su enfrentamiento, el boxeo ha vuelto a convertirse en el centro de atención mundial tras muchos años en un segundo plano, precisamente porque los campeones no pelearon con los mejores rivales sino ante los que tenían más posibilidades de ganar y hacer más dinero.
De hecho, la pelea del sábado lo que está garantizado son los ingresos millonarios, que pueden acercarse a los 500 millones de dólares, pero sobre el cuadrilátero, el espectáculo deportivo podría ser un completo fiasco, si Mayweather Jr. se dedica a hacer su boxeo defensivo y a escapar de la presión e intercambio de golpes que propondrá Pacaquiao.
Si Pacquiao impone su boxeo en los cinco primeros asaltos, la esperanza de los expertos es que Mayweather Jr. tenga por fin que dedicarse a boxear e intercambiar golpes si quiere ganar la pelea, algo que favorece mucho más al campeón filipino.
“Realmente siento que soy un peleador más inteligente que él, no tengo duda de que voy a ganar el sábado”, reiteró el campeón invicto estadounidense (47-0), de 38 años, que expondrá los títulos welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Por su parte, Pacquiao, que se aloja en el hotel Mandalay Bay, se siente más cómodo y con un perfil más bajo que el de su rival.
Pacquiao, de 36 años, con marca de 57-5-2 y 38 triunfos por la vía del nocáut, insistió que es la pelea que todos querían y que para eso se ha preparado mejor que nunca.
“Estoy listo, vamos a ganar el 2 de mayo, vamos a hacer historia para ustedes y para el boxeo, esta es la pelea del siglo, la más importante”, comentó Pacquiao a su llegada al hotel. “Vengo bien preparado para la pelea”, reiteró.
Arum, que acompañó a Pacquiao en todo momento, destacó que la victoria de Pacquiao servirá para mostrarle al mundo lo grande que son los filipinos y al boxeador que alcanzó el título mundial en ocho divisiones diferentes.
Mientras, Las Vegas comienza vivir el ambiente especial de las citas con las grandes peleas del boxeo a la que acuden figuras del mundo de la música, la farándula, el cine y el deporte profesional estadounidense.
Nadie se quiere perder el duelo entre dos estilos de boxeo completamente diferentes y de ahí que las 17 mil entradas puestas a la venta estén todas agotadas, la últimas en tan sólo 60 segundos por lo que ya hay páginas de internet en las que se ofrecen por 400.000 dólares.
Las medidas de seguridad también han sido ya implementadas en toda el área de los hoteles de Las Vegas, donde se espera el incremento considerable de visitantes que tienen previsto ver la pelea tanto en vivo como por circuito cerrado o televisión de pago.
Pero antes estará el evento del pesaje, que será el viernes. Los aficionados que deseen presenciarlo en vivo tendrán que pagar, otra muestra más de que la llamada pelea del siglo, ya se ha convertido también en el mayor negocio económico al batir marcas de ingresos y por las bolsas que recibirán ambos boxeadores.