“Me encantaría ganar las tres medallas de oro, como en Guadalajara, sería el mejor regalo”, afirmó la atleta, que en su país consiguió la presea dorada en individual, dobles y por equipos hace cuatro años.
Longoria salió de la cancha y fue sorprendida por un numeroso grupo de compatriotas, entre ellos el presidente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte en México (CONAE), Alfredo Castillo, y miembros de la delegación. La deportista recibió un pequeño pastel con algunas velitas de colores que sopló mientras le cantaban el feliz cumpleaños.
Longoria, considerada la mejor jugadora de ráquetbol de toda la historia, se metió de lleno luego sobre la competencia, que dijo ha crecido considerablemente en comparación con los anteriores panamericanos.
“Este era un deporte dominado por Estados Unidos y Canadá y ahora hay buenos competidores en otros países del continente”, entre los que mencionó a la boliviana nacionalizada argentina, María José Vargas, y la ecuatoriana María Sotomayor.
“Todas las que están aquí son rivales fuertes, no me puedo descuidar”, aseveró.
Longoria no está al cien por ciento de su físico, ya que arrastra una molestia muscular en el posterior de la pierna izquierda por la seguidilla de partidos que ha enfrentado este año.
“Trato de no pensar en la lesión cuando juego”, comentó la oriunda de San Luis Potosí. “Aunque duela, yo le meto para adelante”.
Su próximo compromiso será el martes ante la venezolana Mariana Paredes.