La IAAF estaba presidida hasta agosto pasado por el senegalés Lamine Diack, al que sucedió el británico Sebastian Coe, antes vicepresidente.
El informe apunta también el papel jugado por Lamine Diack y sus hijos, Papa Massata y Khalil: “El Consejo de la IAAF no podía no estar al corriente del nivel de nepotismo en el seno de la IAAF”.
“Cuando el presidente de la IAAF (Lamine Diack, imputado por la justicia francesa), su consejero personal (Habib Cissé, también imputado), dos de sus hijos en posición de responsabilidad (Papa Massata y Khalil Diack, ambos empleados en el pasado de la IAAF), el director del departamento médico y antidopaje (Gabriel Dollé, también imputado) y el secretario general adjunto están todos implicados en actuaciones dudosas o criminales, es la reputación de la IAAF en su conjunto la que está en posición dudosa, y esta reputación debe ser restaurada”, señala el informe.
Se trata de la segunda parte del informe de la Comisión de investigación independiente de la AMA sobre el dopaje y la corrupción en el atletismo.
La primera parte, publicada en noviembre, hablaba sobre todo de un sistema organizado de dopaje en Rusia.
La AMA declaró además que la Rusada (Agencia Rusa Antidopaje) y el laboratorio moscovita antidopaje no eran conformes al código mundial antidopaje.
Poco después, la IAAF suspendió a Rusia de toda competición de atletismo, abriendo la puerta a una posible ausencia de los atletas rusos en los próximos Juegos Olímpicos de Rio en agosto.