La decisión permite a Brady jugar el primer partido de la temporada el 10 de septiembre contra los Steelers de Pittsburgh.
La liga llevó el caso al tribunal de Berman en Manhattan inmediatamente después que Goodell confirmó la sanción de cuatro partidos de Brady, de paso criticando al quarterback por destruir su teléfono celular y borrar casi 10 mil mensajes de texto justo antes de ser entrevistado por la NFL como parte de su pesquisa. El sindicato de jugadores radicó su propia demanda, en la que señalaba que Brady no hizo nada mal y pedía al juez revocar el castigo.
La investigación de la liga reveló que era “más que probable” que dos empleados de los Patriots desinflaron los balones que Nueva Inglaterra utilizó en enero en el triunfo 45-7 sobre los Colts de Indianápolis para avanzar al Súper Bowl. Sin embargo, no halló evidencia directa de que Brady supiera al respecto o lo haya autorizado.
La liga puede apelar el fallo de Berman, que en varias ocasiones pidió a las partes que pactaran un acuerdo.
Goodell fue más allá del resultado de la primera pesquisa y, a fines de julio, determinó en base a testimonios de Brady y otros que el quarterback conspiró con los encargados de los balones e intentó torpedear la investigación de la liga, incluyendo la destrucción de su teléfono.
El comisionado concluyó que Brady “sabía, aprobó, consintió y suministró incentivos y premios” para asegurarse que los balones fueran desinflados por debajo del límite permitido por la liga.
Berman criticó a la liga y cuestionó la evidencia en contra de Brady. Además, puso en entredicho el criterio de Goodell para decidir el castigo de cuatro partidos en vez de otra sanción.