“Pero, incluso así, creo que todas las estructuras necesarias para los Olímpicos están garantizadas”, agregó el colaborador de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al descartar que la crisis haya atrasado las obras necesarias para los Juegos o que amenace el evento.
Según Wagner, ni la grave crisis política del país, que tiene a la Presidenta amenazada con un juicio político destituyente, ni la recesión en que se hundió la economía amenazan la organización de los Juegos Olímpicos Río 2016.
La economía brasileña, en recesión, sufrió el año pasado una contracción del 3,8 %, su peor resultado en los últimos 25 años, y los analistas prevén que este año el PIB se encogerá otro 3,6 %, con lo que el país encadenará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1930.
Igualmente descartó que la investigación del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, que salpicó a varias de las empresas responsables por obras para los Juegos Olímpicos, haya afectado al evento.
“Las estructuras están garantizadas. Ni la investigación de esas empresas interfirió en las obras. Ellas continuaron trabajando”.
Agregó que el Gobierno está empeñado en las obras que constituirán un legado para Brasil y que espera superar la crisis para mejorar el ambiente de cara a los Juegos Olímpicos.
“Yo preferiría que todo fuese una fiesta y no ese ambiente turbulento que vivimos. Pero seguimos trabajando”, afirmó.
Wagner agregó que escuchó de personas que han visto los ensayos de la ceremonia de apertura de los Olímpicos de Río de Janeiro que será un espectáculo inmejorable. “Quién sabe y conseguimos mejorar el ambiente hasta allá”, dijo.
