“Hay que esperar porque Froome viene con unas piernas de fuego”, había dicho Dumoulin, ganador de la primera contrarreloj de esta edición hace seis días, después de su actuación. Tenía razón. El ciclón amarillo salió el último y fue mejorando según se acercaba la meta para batir a todos sus rivales.
“Hice una buena crono pero lo podía haber hecho mejor, me encontré por debajo de mis límites antes del final de la jornada”, añadió Dumoulin, cuyo objetivo ahora es lograr el oro en la cronometrada de los Juegos de Rio.
En tercer lugar finalizó el italiano Fabio Aru (Astana) y la cuarta posición fue para el australiano Richie Porte (BMC), ambos a 33 segundos del vencedor.
El colombiano Nairo Quintana finalizó 10º a 1:10 y su compañero en el equipo Movistar, el español Alejandro Valverde, fue 12º a 1:18.
Quintana, otra vez decepcionante
Otra vez Quintana estuvo por debajo de las expectativas, tras haber cedido en el último kilómetro ante Froome el día anterior. Segundo en sus dos anteriores participaciones en el Tour (2013 y 2015), parece que el colombiano tendrá difícil repetir podio en París.
Con esta espectacular actuación Froome afrontará el viernes la antepenúltima etapa con 3:52 sobre el holandés Bauke Mollema, segundo clasificado, 4:16 con el británico Adam Yates, tercero, y 4:37 con Quintana, cuarto.
Otro de los hombres que salieron mal parados en la batalla por el podio fue Yates, que perdió 50 segundos con Porte y Aru después de haber tenido una buena salida en las pendiente de Domancy.
Pero el portador del maillot blanco fue capaz de salvar su tercera plaza provisional, como Mollema, que sufrió contra el reloj este jueves, finalizando en la 17ª posición a 3 minutos y 52 segundos de Froome.
Ahora solo cuenta con un minuto y 5 segundos con el francés Romain Bardet (5º) y un minuto y 8 segundos con Porte (6º).
La apuesta del mejor
Froome, el único de los últimos participantes en elegir una bicicleta específica de contrarreloj en una prueba que contaba con un desnivel superior a los 600 metros y con porcentajes del 9,4% en Domancy, ganó su apuesta.
En la primera parte del recorrido fue penalizado (quinto tiempo tras 6,5 km.), pero luego se benefició de su elección técnica. Su equipo Sky precisó que su bicicleta había sido estudiada para esta contrarreloj, especialmente en su peso.
Su actuación es incluso más significativa por el esfuerzo que había realizado en los días precedentes.
“Tenía ventaja con los ciclistas que luchan por la general porque me reservé ayer”, confesó Dumoulin.
Froome, ya ganador en solitario en la octava etapa tras su espectacular descenso a Bagnres-de-Luchon, logró su segunda crono en el Tour, tras imponerse en Chorges en 2013, año de su primer amarillo.
A falta de tres días, salvo accidente o circunstancia mayor, su tercer triunfo en París parece asegurado. El viernes intentará dar un paso más en las pendientes del Bettesx, a los pies del gigante Mont Blanc.