“Echamos de menos a Michael”, declaró hace unos días Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y uno de los mejores amigos del ex piloto, durante el acto de inauguración del “Hall de la fama” de la FIA en París.
El siete veces campeón del mundo y quien con 91 victorias sigue siendo a día de hoy el piloto más laureado de la historia no pudo acudir a tan importante cita. “Todos conocemos a Michael y estoy totalmente seguro de que le encantaría estar aquí”, añadió por su parte la mánager de Schumacher, Sabine Kehm.
La leyenda alemana de la Fórmula 1 se enfrenta a su batalla más difícil. Hoy se cumplen cuatro años del siniestro que le acabaría postrando en una cama.
Las que tenían que ser unas apacibles vacaciones de esquí en los Alpes franceses con su familia se tornaron en drama. Una piedra en el camino del experimentado esquiador encogió el corazón de todo un país y del mundo del deporte.
Durante el descenso tropezó y su cabeza se estrelló contra una roca. El casco, que se partió, impidió que muriera de inmediato. Pero a partir de ese momento comenzó una larga lucha por sobrevivir.
El mito de la Fórmula 1 fue trasladado en helicóptero a la Clínica Universitaria de Grenoble, fue operado dos veces de urgencia y los médicos decidieron inducirle un coma.
Desde que ingresó en el hospital, sus allegados se han mantenido fieles a un pacto de silencio. “Es el derecho de su familia proceder de la manera que es mejor para ellos”, declaró Kehm en una entrevista concedida este año.
Desde septiembre de 2014, nueve meses después del accidente, el legendario ex piloto fue trasladado primero al hospital de Lausana, en Suiza, y después a su casa en la localidad suiza de Gland, a orillas del Lago de Ginebra.
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Allí comenzó un largo proceso de rehabilitación amparado por la privacidad y la compañía de su familia.
“Ahora arranca una fase que probablemente requerirá mucho tiempo”, escribió su esposa en una carta de agradecimiento a los aficionados en ese entonces.
Schumacher, que acumuló siete campeonatos mundiales, 91 victorias y 68 “pole position” entre 1991 y 2006, se encontraba en ese momento en una silla de ruedas, paralizado, con problemas de memoria y sin poder hablar, según el ex piloto de Fórmula 1 francés Philippe Streiff, que lo había visitado en su casa.
Tampoco su hijo, Mick Schumacher, que debutó esta temporada en la Fórmula 3 ,da ninguna pista sobre el estado de salud de su padre. Hace pocos días, en una entrada publicada en su perfil de la red social Facebook el joven hacía repaso de los momentos más emotivos del año que termina y, entre ellos, incluyó un recuerdo a su progenitor.
“Uno de los momentos más impresionantes de este año. Circuito de Spa-Francorchamps, donde conmemoramos los 25 años del primer triunfo de mi padre. Fue increíble conducir ese automóvil”, dijo Mick Schumacher, quien a finales de agosto realizó una emotiva vuelta en el circuito belga a bordo del Benetton Ford B 194-5 con el que el mítico piloto ganó el título mundial de 1994.
El joven de 18 años aspira a seguir los pasos de su padre mientras que su hermana Gina, dos años mayor, cosecha éxitos en el mundo de la hípica. La amazona, que en 2016 se proclamó campeona de Europa junior de reining, dedicó unas emotivas palabras a sus padres al recoger el premio y destacó “el cariño” que le regalan “cada día”.
“El estado de salud del siete veces campeón del mundo es objeto de multitud de rumores”, tituló el diario deportivo francés “L'Équipe” estas Navidades.
Schumacher se ha convertido en el piloto más recordado. Exposiciones, premios y actos conmemorativos en memoria del alemán se suceden. “Lo que ha hecho tan especial y tan exitoso a Michael fueron su amor y su pasión por este deporte”, declaró su mánager durante la inauguración del “Salón de la fama” parisino.
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El último comunicado detallado sobre el estado de salud de Schumacher data de septiembre de 2014, momento en el que se despedía del hospital para comenzar su recuperación en casa.
“Schumacher logró avances en las últimas semanas y meses pero aún le queda un largo y duro camino por delante”, rezaba el documento. Desde entonces, el silencio reina.