Bajo un clima estable, contra todo pronóstico, Porsche tuvo un día brillante el domingo 3 de septiembre a pesar de que, debido a que uno de sus conductores, el británico Nick Tandy, superó el límite de velocidad permitida en la pista, quien le recibió el auto, el alemán André Lotterer tuvo que cumplir una penalización de stop and go que cuesta alrededor de 20 segundos de desventaja.
Lo que uno ve, cuando se es novato en carreras del deporte-motor es autos que dan vueltas y vueltas, una tras otra, mientras rugen con violencia en un típico desplazamiento cromático del ruido de sus motores. Sin embargo, para un ojo y oído aviesos, lo que está detrás es un duelo feroz en el que solo los mejores serán capaces de llegar primero. Porsche, desde antiguo, ha sido una de las escuderías que: siempre ha estado presente en las más demandantes palestras mundiales, y ha fabricado algunos de los autos, de calle y competencia, más emblemáticos de la historia.
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Esta carrera, en las 6 Horas de México, empezó con ceremonias ancestrales, toque, cantos y los mejores auspicios para todos los competidores. Pero, como se dijo, solo mejores estaban destinados al punto más alto del podio. Porsche tenía dos autos en la competencia y sus pilotos fueron el suizo Neil Jani, el germano André Lotterer y Nick Tandy, del Reino Unido. Todos compartieron el auto número uno.
El número dos fue responsabilidad del neozelandés Earl Bamber, del alemán Timo Bernhard y de Brendon Hartley, también de Nueva Zelanda. Ambos vehículos son Porsche 919 Hybrid: brillantes corceles de fuego, de alta tecnología, que también no dejan ver cuántos avances esconden debajo de sus carrocerías.
No solo el ruido –que por seguridad debe aminorarse con tapones de oído-, sino el olor, el ambiente y la expectativa, conspiran para dejar, en quienes tuvieron la fortuna de ver la carrera en vivo y a todo color, una sensación extática, de alta adrenalina y gran motivación. Ciertamente, un recuerdo perdurable para toda la vida, sobre todo si el equipo ganador es el personalmente favorito. Ya el día anterior, en las clasificatorias, Porsche había logrado la pole position, es decir, la posición más favorable al inicio de una competencia de autos, generalmente en la parte interior de la primer fila de competidores.
Conforme se desarrolló la carrera –que empezó a las 12:00 y terminó a las 18:00 horas-, Tandy reabasteció de combustible tras 40 vueltas y le entregó el auto a Lotterer, después de 80 vueltas. Este último cargó combustible tras 120 vueltas y dejó el bólido a Jani tras 160 vueltas. 237 vueltas después, Jani termina en segunda posición. Esto, para el auto número uno.
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Por su parte, Hartley tomó una sólida pole position. En la vuelta tres marcó la vuelta más rápida de la carrera con un registro de 1:25.730 minutos. Se reabasteció de combustible después de 39 vueltas y entregó el 919 a Bamber, después de 79 vueltas. El segundo del equipo se reabastece después de 119 vueltas. En esta parada, se sustituyó un sensor defectuoso del medidor de flujo que controla el consumo de gasolina. Después de 159 vueltas, Bamber entrega a Bernhard, quien sigue liderando la carrera con un margen sustancial de medio minuto. Después de 238, de 240 vueltas, se detiene para un final reabastecimiento de combustible antes de tomar una victoria dominante, con el auto número dos.