Además, tiene como aliciente el ganar su sexto Masters 1.000 de Miami, el tercero consecutivo, y de esa forma igualar al estadounidense Andre Agassi tanto en victorias totales como correlativas en el torneo floridiano.
Djokovic lleva este año 27 triunfos y 1 derrota (abandono por un problema en un ojo en Dubai) y ya ha ganado títulos en Doha, el Abierto de Australia e Indian Wells.
El número uno del mundo ha alcanzado la final en los últimos 10 Masters 1.000 en los que ha participado -el último en quedar apeado antes fue el de París-Bercy en 2014-, periodo en el que ha ganado 54 de sus 56 partidos disputados.
Por su parte, con un bagaje mucho más escaso, aparece el sexto de la ATP, que afrontará su primera final de un Masters 1.000 tras la de Madrid en 2014, año en el que también accedió al último partido del Abierto de EE.UU.
El considerado mejor tenista japonés de la historia confirma con esta final en Miami su gran año, en el que ha ganado el Abierto de Memphis (EEUU) por cuarto año consecutivo y lleva un registro de 19 victorias y 5 derrotas, el tercero mejor tras Djokovic (27-1) y el austríaco Dominic Thiem (24-5).
En sus enfrentamientos directos, el de Belgrado domina por 6 a 2, el último de los cuales fue en el pasado Abierto de Australia, en el que Djokovic ganó en cuartos de final por 6-3, 6-2 y 6-4.
En estos partidos, el serbio ganó 16 sets, por 7 del japonés, pero si se compara en pista dura, como la de Miami, la distancia se acorta a 4 y 2.
Cuestionado hoy sobre la presión que pueda sentir el japonés habida cuenta de la diferencia de historial, Djokovic dijo que el hecho de estar en una final de un grande puede influir en un “porcentaje muy pequeño”, pues Nishikori es “muy maduro en la cancha y tiene mucha experiencia”.
“Es alguien que ha estado en tantos partidos de alto nivel que no creo que vaya a estar demasiado abrumado o nervioso por la ocasión”, consideró.
Djokovic accede a la final tras una dura semifinal ante el belga David Goffin (15), en la que el calor y la humedad complicaron al de Belgrado, que finalmente pudo resolver el partido por 7-6(5) y 6-4.
Sin embargo, el primera cabeza de serie del torneo apuntó que este hecho le puede ayudar para la final, que se jugará a la misma hora y similares condiciones atmosféricas.
Busca adaptarse
“Creo que el partido de hoy (por el viernes), a la una de la tarde, y en este tipo de condiciones, me va a ayudar a adaptarme y obtener una imagen clara de lo que me va a esperar el domingo. Con suerte, lo podré usar a mi favor”, apuntó.
Nishikori también conoce las condiciones que se podría encontrar en la final, pues en cuartos tuvo un duro enfrentamiento a tres sets con el francés Gael Monfils, en el que salvó cinco bolas de partido tras dos horas y media de partido, celebrado en un día de intenso calor y humedad.
El japonés llega a esta final tras derrotar en semifinales a la joven promesa mundial Nick Kyrgios, de 20 años, por 6-3 y 7-5 gracias a la habitual solidez de su juego, con apenas 8 errores no forzados.
Sabedor de las dificultades que enfrentará en el Estadio del Centro de Tenis de Crandon Park, Nishikori dijo que tendría que jugar más allá de su mejor nivel para ganar al de Belgrado.
“Si vuelvo a jugar un gran tenis, siendo agresivo, paciente, algo parecido a lo de hoy (por el viernes), tendré opciones, pero tendré jugar al 100 % o 120 % para poder ganar a Djokovic”, aseguró.
El 6 de la ATP explicó que su rival carece de “debilidades, es muy paciente y no concede puntos fáciles”, pero que, como no tiene “nada que perder”, intentará alguna variante para “ver qué pasa”.