“Ahora que juego con gente más joven veo que tengo poco a perder porque he conseguido más de lo que esperaba, es como un regalo jugar una final en cada pista central, lo aprecio y lo disfruto mucho”, dijo Ferrer, que aún ve mucha tierra de por medio con Orantes.
“Son muchos títulos, no hablamos de dos o tres, lo veo difícil el poder igualarlo”. Es el tercer título de Ferrer en el año y el segundo consecutivo, porque la semana pasada ganó en Río de Janeiro, sobre polvo de arcilla. A principio del año ya se había coronado en Doha.
“Estoy muy contento porque los tres primeros fueron en otra superficie, ahora lo hice ante alguien como Nishikori, un top ten’ consolidado”, añadió. “Voy a cumplir 33 años en un mes y cada título que consigo lo aprecio mucho más”.
Con esos tres títulos de ATP suma 24 y se acerca a Dorantes, quien terminó con 33 antes de retirarse en 1984. El mejor de los españoles es Rafael Nadal, que acumula 64. El tenista de 32 años, que en 2013 llego a ser tercero en la clasificación mundial de la ATP, ha tenido el mejor inicio de una temporada en su carrera, al ponerse con una marca de 18-1.
Acapulco, certamen que ahora se disputa sobre cancha dura, se unió a Auckland como las sedes donde más veces se ha coronado el español (4).
Ferrer ganó un premio de 343.000 dólares y 500 puntos para el ranking de la ATP. El español consiguió rompimientos en el cuarto y octavo games’ para ganar el primer set y abrió el segundo quebrando de nueva cuenta al japonés. Llegó a ponerse 3-1 en el segundo, pero el oriental reaccionó para empatar el encuentro 4-4.
Ferrer perdió un saque, pero consiguió dos rompimientos en los últimos servicios de Nishikori para ceñirse la corona. Nishikori se quedó cerca de ganar su segundo campeonato en dos semanas, pero se va de Acapulco con buena cosecha porque el lunes amanecerá como cuarto de las clasificaciones.
“No pude mantener el tenis que realicé durante una semana el día de hoy, fueron demasiado errores los que cometí y él es un gran jugador que merecía ganar esta noche”, añadió el tenista oriental, quien perdió la séptima final de su vida.
En el cuadro femenino, sin pasar problema alguno, la suiza Timea Bacsinszky arrolló 6-3, 6-0 a la francesa Caroline García y rompió una larga sequía sin conseguir un cetro. Bacsinszky, 37ma del mundo, no se coronaba en torneo alguno desde 2009, cuando conquistó el título de Luxemburgo.
La suiza, que ganó apenas el segundo campeonato de su carrera, en la que fue su cuarta final, dominó el torneo mexicano, donde sólo perdió el primer set y luego ganó 10 en fila. Este año ya había jugado y perdido la final de Shenzenn, en China.
“Creo que como el buen vino, con el paso del tiempo me volví mejor”, dijo la jugadora, quien durante un momento de su vida consideró el retiro. “Dejé de jugar y decidí volver para el Abierto de Francia del 2013”.
García, quien llegó al duelo por el título luego de la salida de la rusa Maria Sharapova por enfermedad, perdió la quinta final de su carrera y se quedó con las ganas de conseguir el segundo título de su vida. Bacsinszky se lleva a casa una bolsa de 43.000 dólares y 280 puntos para el ranquin de la WTA.