El duelo supuso la consagración del base de 18 años Jamal Murray, que anotó sus 22 puntos en la segunda parte y el tiempo extra. El mejor de Canadá fue Andrew Nicholson con 31 puntos y 10 rebotes, en tanto que Anthony Bennett añadió 18 tantos y 14 rebotes.
Por EE.UU. destacaron Bobby Brown, con 25 puntos y 7 asistencias, y Anthony Randolph, con 21 tantos y 6 rebotes.
Fue un partido mágico. Desde el principio se respiraba un ambiente especial en el Centro Atlético Ryerson por la rivalidad entre ambas selecciones y la oportunidad de hacer historia para los locales.
El lugar escogido no podía ser más adecuado, ya que se trata del pabellón antiguamente conocido como Maple Leaf Gardens, donde se disputó el primer partido en la Historia de la NBA, en noviembre de 1946 entre los New York Knicks y los Toronto Huskies, y el mismo donde se celebraron varios de los encuentros del Mundial de Canadá en 1994.
Bajo ese escenario de lujo ambos equipos salieron decididos a ofrecer su mejor versión.
Estados Unidos apeló a su acierto exterior y anotó sus primeros 12 puntos mediante triples, dos de ellos con la firma de Brown, que después pasó la antorcha a Randolph como líder de la ofensiva orquestada por el técnico Mark Few.
La igualdad fue la nota predominante. Si los triples de Brady Heslip y Nicholson incendiaban el recinto y daban a los canadienses las primeras ventajas (34-41), entre Brown y Randolph se encargaban de silenciar a los espectadores con su solidez y experiencia.
Estados Unidos pasó a disponer de pequeñas rentas y registró la mayor (78-71) tras tres triples seguidos de Denzel Valentine a menos de dos minutos para el final del tercer cuarto.
En el momento crucial apareció el joven Murray, que con cinco puntos seguidos dio la vuelta a la situación (82-85) y mandó el duelo a un final eléctrico. El partido, convertido para entonces en un emocionante toma y daca, llegó a su último minuto en un puño (95-94) , pero Murray tuvo en sus manos el tiro ganador y falló.