Y lo hizo de la manera que nadie había podido hacerlo en los 115 años del torneo copero: ganando y remontando la eliminatoria en el mismo estadio Santiago Bernabéu.
BBC NEWS MUNDO
La extraordinaria irrupción del Leganés, el equipo de barrio que eliminó al Real Madrid de la Copa del Rey
Fue una noche épica para el Leganés, que venció 2-1 al Real Madrid para clasificar a las semifinales de la Copa del Rey por primera vez en su historia.
Hubo razones de sobra para celebrar el histórico triunfo del Leganés en el Santiago Bernabéu. (Foto Prensa Libre: BBC Mundo)
Una hazaña que seguramente será recordada por generaciones de aficionados “pepineros”, pero que pese al rival y el escenario no significó la mayor alegría de un club con 89 años de historia.
“No, no creo que sea la mayor. Salir de Segunda B a Segunda fue lo más importante para este Leganés”, recordó el técnico Asier Garitano, el responsable de transformar la historia reciente de un equipo que desde su fundación había merodeado por las categorías más bajas del fútbol español.
“Luego, a partir de ahí, intentamos mejorar cada año”, declaró con modestia Garitano, quien asumió las riendas del club en 2013 y desde entonces lo ha guiado a cotas nunca antes vistas por el estadio Municipal de Butarque.
El Leganés pasó de ser un equipo de tercera división (Segunda B) a jugar la pasada temporada, por primera vez en su historia, en la máxima división del fútbol español.
Contra todo pronóstico, logró la permanencia amparado en un sorpresivo comienzo con tres victorias de visitante, las únicas que conseguiría en todo el año, pero que le sirvieron de trampolín hasta que pudo sumar su primer triunfo de local, tres meses después del comienzo de la liga.
Aferrado al objetivo de mantener la categoría, el Leganés nunca cayó a los puestos de descenso y selló prácticamente la salvación a falta de dos fechas para el final con la goleada frente al Betis 4-0 que detonó una fiesta inolvidable en Butarque.
Dos empates frente al Athletic de Bilbao y el Alavés garantizó que las celebraciones se prolongaran por otra temporada más.
Aliento argentino
Si la llegada del técnico vasco marcó un punto de inflexión para la historia del Leganés, también lo fue uno de los primeros refuerzos que se pusieron a sus órdenes, la del argentino Martín Mantovani.
El central había llegado al filial del Atlético de Madrid en 2006, pero nunca pudo subir al primer equipo colchonero y durante años deambuló por varios clubes de la Segunda B como el Cultural Leonesa, el Atlético Baleares y el Real Oviedo.
En 2013 aterrizó al sur de Madrid y desde entonces ha forjado su leyenda como una de las figuras más importantes del equipo pepinero.
Mantovani es a sus 33 años el capitán del equipo y uno de los dos sobrevivientes de aquel primer ascenso a la segunda división (el otro es Javier Eraso, aunque el delantero pasó dos temporadas en Bilbao antes de regresar al Leganés).
Famosas son sus arengas antes de los partidos, compartidas a través de las redes sociales, en las que suele destacar la importancia de la fuerza del equipo y la necesidad de disfrutar en la cancha.
No estuvo desde el inicio, pero fue un baluarte sobre el final cuando le tocó aguantar la presión del Real Madrid en los últimos minutos para abrochar la histórica clasificación a semifinales.
“Esto ha sido muy bonito, pero no tan importantes como los ascensos, aquello fue vital para el club”, recordó Mantovani, siguiendo la línea marcada por su técnico.
“Nosotros tenemos una manera de jugar que nos hace trabajar a todos. Tuvimos que venir al Bernabéu a ganar y lo hicimos. No fue demérito del Madrid, nosotros lo hicimos bien”, resaltó el emocionado defensor, para quien todavía “queda lo más lindo”.
Discurso que nuevamente refleja la filosofía que impulsó Garitano desde que llegó al equipo, ya que al final lo que más es importa es “ir creciendo e ir mejorando en todos los aspectos”.
“En el Leganés no nos conformamos y queremos mejorar cada temporada”, repitió en rueda de prensa.
“Estas victorias seguro que nos animan a seguir mejorando”, resaltó, “pero tampoco hay que celebrar nada ni echar cohetes”.