Pasó desapercibido frente a los nombres de Nairo Quintana, Esteban Chaves, Rigoberto Urán y el propio corredor del Sky, pero Miguel Ángel López estuvo en Río 2016 por los méritos que había acumulado en una corta y promisoria carrera.
BBC NEWS MUNDO
De ser apuñalado a convertirse en la sensación en la Vuelta a España: quién es Miguel Ángel López, “el Superman” del ciclismo colombiano
Su nombre estuvo en la formación olímpica que estuvo cerca de darle a Colombia una medalla de no haber sido por la inesperada caída de Sergio Luis Henao en el último descenso hacia la meta en las playas de Copacabana.
“Lo de Miguel López se debe a que es un corredor con mucho futuro que ha demostrado sus condiciones en carreras importantes”, justificó en ese momento Carlos Mario Jaramillo, el seleccionador del equipo colombiano.
Un futuro que se transformó en presente con la impresionante actuación en la Vuelta a España de López, ganador de manera categórica de dos etapas de montaña, en especial la disputada el domingo con llegada en la cumbre de Sierra de Nevada a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Fue tan sorprendente su ritmo de pedaleo en los más de 19 kilómetros del puerto de categoría especial que nadie, ni el británico Chris Froome, pudo seguir su estela.
Los principales comentaristas en Europa ya hablan de él como el mayor portento natural que ha dado Colombia en los últimos años, calificación que toma relevancia cuando se habla de una generación de ciclistas comandada por Quintana y Urán.
Y lo cierto es que hay razones para pensar que “Superman” tiene las condiciones necesarias para tomar el relevo de sus compatriotas.
El hombre de acero
Pese a su juventud, López ha tenido una carrera marcada tanto por los éxitos como por el infortunio.
De 23 años, el corredor del Astana es el sexto de siete hermanos en una familia campesina de la localidad de Pesca, en Boyacá, misma región que vio nacer a Quintana.
Desde que heredó su primera bicicleta entrado ya en la adolescencia nunca más la soltó.
Comenzó a competir y a ganar en varias pruebas de aficionados, lo que lo impulsó a asumir con más seriedad el ciclismo a finales de 2011, cuando todavía no había llegado a la mayoría de edad.
Su progresión no fue vertiginosa, hasta el punto que hubo que esperar hasta 2014 para comenzar a llenar su palmarés.
Sin embargo, en la víspera de su primer gran éxito ocurrió un incidente que pudo acabar con su carrera y dejó una marca en su vida.
Fue mientras se entrenaba para participar en la Vuelta de la Juventud de Colombia.
“Eran dos ladrones, vinieron a atacarme, querían llevarse mi bici”, recordó el año pasado.
“Pero yo me defendí. Cualquiera lo hubiera hecho, ¿no?”, aseguró López, quien recibió dos puñaladas en la pierna derecha en el ataque.
Eso no fue impedimento para que tomara la salida en la carrera y durante la etapa reina de la misma fuera bautizado con el apodo que se le conoce ahora.
“Subiendo el Crucero iba escapado con una buena diferencia. Era un novato y un comentarista de la carrera durante la retransmisión dijo: ¡Ahí sube Superman!”
Ascenso
López ganó la prueba y obtuvo el derecho a participar ese año en la principal carrera para corredores menores de 23 años en el mundo, el Tour del Porvenir en Francia, donde se impuso de manera contundente para emular los triunfos de Quintana y Chávez.
Esa actuación hizo que el equipo Astana llamara a sus puertas y lo reclutara para sus filas.
En 2015, ya en el escenario internacional, López lideró la clasificación de los jóvenes en la Vuelta a Burgos tras ganar dos etapas, finalizando cuarto en la clasificación general.
La temporada siguiente la arrancó con un triunfo de etapa en el Tour a San Luis, en Argentina, donde se impuso a los hermanos Nairo y Dayer Quintana.
Eso fue tan sólo un preámbulo para su impresionante triunfo en la Vuelta a Suiza, su primero en el circuito profesional, superando a nombres de gran cartel como el suizo Fabian Cancellara, el británico Geraint Thomas, el español Ion Izaguirre y el francés Warren Barguill, ganador de la clasificación de montaña en el Tour de Francia.
Esa actuación hizo que el equipo Astana nombrara a López como el primer escudero de su líder, el fallecido ciclista italiano Michael Scarponi, para la Vuelta a España, pero el corredor colombiano tuvo que abandonar tras sufrir dos caídas en la primera semana.
Deportivamente el año lo concluyó con una gran victoria en la clásica Milán-Turín, pero con un nuevo infortunio que condicionaría su preparación para 2017.
Diferente
En la pretemporada López sufrió una fractura de tibia por lo que llegó a la Vuelta a España con sólo 18 de competencia en sus piernas.
Eso quedó en evidencia en las primeras etapas de montaña, perdiendo un importante tiempo en la clasificación general.
Sin embargo, con el paso de los días sus sensaciones fueron mejorando hasta que llegó su primera gran exhibición en la rampa final del observatorio Calar Alto.
Luego llegó el fin de semana donde volvió a dejar descolgado a Froome y compañía erigiéndose como líder indiscutido de su equipo y firme candidato al podio dentro de una semana en Madrid.
Para ello deberá sortear le prueba contra el reloj de este martes, una especialidad que históricamente no suele beneficiar a los escaladores colombianos.
Sin embargo, el cuerpo de López, de 170 centímetros de altura y unos 65 kilogramos de peso, hace que se defienda bien en las contrarreloj, como lo demuestran su triunfo de etapa en Burgos en 2015 y su segundo puesto en Suiza en 2016, donde venció a un especialista como Cancellara.
Nadie espera que ponga en peligro el hasta ahora casi seguro triunfo de Froome en la Vuelta, pero si logra un buen resultado en los 40,2 kilómetros del circuito de Navarra, ya no habrá duda de que López será un futuro campeón.
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