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Qué posibilidades tienen Chile y México de pasar a la final de la Copa Confederaciones

Serán dos desafíos completamente distintos los que tendrán Chile ante Portugal y México versus Alemania.

Pero la Roja y El Tri confían en sus opciones frente a los dos gigantes del fútbol europeo para lograr un mismo objetivo: estar el próximo domingo en la final de la Copa Confederaciones que se disputa en Rusia.

Los motivos para creer en el triunfo en ambos casos son numerosos, pero también hay razones que invitan a la cautela dado el potencial ofensivo de los actuales campeones de Europa y del mundo.

Comencemos por el partido de este miércoles en Kazán entre Chile y Portugal.

Cristiano Ronaldo

En fútbol se percibe como una falta de respeto referirse a un sólo jugador cuando se analiza a una selección, pero es claro que hay ocasiones en las que la presencia de un jugador determina el potencial de todo el equipo.

En especial cuando esa persona se llama Cristiano Ronaldo.

El delantero está teniendo trasladó a Rusia su espectacular final de temporada con el Real Madrid, con el que anotó 16 goles en los últimos 10 partidos y consiguió el doblete de liga y champions.

En la copa lleva anotados dos goles, lleva una asistencia y ha sido elegido el mejor jugador en los tres partidos que ha disputado.

En Chile aseguran que no es el único futbolista que tienen que temer, pero Marcelo Díaz reconoció que la victoria pasa por tratar de evitar que el balón llegué a Ronaldo, quien ya ha demostrado que puede desaparecer durante la mayor parte del partido pero a la primera oportunidad marca la diferencia, como lo hizo contra México, Rusia y Nueva Zelanda.

El punto es que Portugal sentirá las bajas de Pepe y el lateral Raphael Guerreiro en defensa y eso es lo que tendrá aprovechar el equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi.

El técnico argentino confirmó que jugará con un once titular similar al que salió al campo frente a Alemania, donde la posición de Arturo Vidal como falso delantero ahogó por completo a los alemanes en la primera parte, en la que Chile mereció llegar al descanso en ventaja.

La movilidad de Vidal, junto a la de Alexis Sánchez y Eduardo Vargas, será una de las claves para complicar la salida del balón de Portugal, que es posible que pase los primeros minutos encerrado en su campo.

Ese escenario no es del desagrado del seleccionador portugués Fernando Santos, que suele preferir el orden defensivo en sus equipos antes que llevar la iniciativa.

La posible ausencia de Bernardo Silva, quien no se ha entrenado junto a sus compañeros en la semana, daría incluso más sentido a ese planteamiento.

Si bien Chile volverá a confiar en la presión alta y la recuperación rápida de la pelota, el regreso de Pedro Pablo Hernández al mediocampo también le brinda más protección al mediocampo y la defensa, que recibirá una inyección de moral con el regreso de Gary Medel.

Los dos principales problemas que se le pueden presentar a la Roja sudamericana son que no pueda encontrar las soluciones para destrabar a un equipo con un orden defensivo como el de Portugal, en especial ya que no cuenta con un jugador como Jorge Valdivia, y contrarrestar las variantes ofensivas de un conjunto que suele ser letal en el juego aéreo.

Las casas de apuestas en Reino Unido colocan a Portugal levemente favorita, pero la experiencia acumulada en los últimos años en partidos decisivos podría terminar inclinando la balanza hacia el lado chileno.

Paciencia

México nunca le ha podido ganar un partido oficial a Alemania, pero este jueves en Sochi el equipo que tendrá al frente no será la selección que hace tres años ganó la Copa del Mundo en Brasil.

A Rusia, el técnico Joachim Löw llevó el equipo más joven de toda la Copa Confederaciones, con un promedio de edad menor a los 24 años, pero eso no ha sido impedimento para ver sobre el campo a una selección madura, con confianza para sacar el balón jugando desde la portería y suficiente capacidad ofensiva para desequilibrar a cualquier defensa.

La llaman despectivamente como Alemania B, pero en su plantilla hay figuras como la de su capitán, Julian Draxler, además de contar en el banquillo con un jugador como Leroy Sané, titular en el Manchester City de Pep Guardiola, o los porteros titulares del Barcelona, PSG y Bayer Leverkusen.

Allí está la clave para México, una selección que suele crecerse cuando sobre el papel juega contra un rival de más envergadura histórica.

Si bien la estadística está en contra de El Tri, vale la pena recordar que de los cuatros partidos que perdió sólo en uno fue claramente superado.

En el mundial jugado en su casa cayó en la definición por penales y en Francia 98 tuvo ocasiones claras de sentenciar el marcador antes que Alemania remontara el partido en los últimos minutos.

El último fue en la Copa Confederaciones en 2005, cuando en la definición por el tercer puesto los anfitriones se llevaron la victoria 4-3 en tiempo suplementario.

Alemania mostró algunas debilidades contra Chile, quien durante los primeros 40 minutos encontró muchos espacios con la subidas de Jean Beauseujour y Mauricio Isla.

Ese rol lo asumirán Miguel Layún y posiblemente Néstor Araujo.

Javier “Chicharito” Hernández liderará la presión en ataque, aunque habrá que esperar para saber quién será su compañero dada. Tal vez Raúl Jiménez pueda aportar más sacrificio físico desde el inicio.

Los dirigidos por Juan Carlos Osorio tendrán que tener paciencia y mantener el orden defensivo ante las largas transiciones con el balón que suelen hacer los alemanes.

Allí entrarán en juego el tridente Héctor Herrera, Jonathan do Santos y Andrés Guardado en el centro del campo.
Imaginamos un partido de ritmo pausado, donde será clave el control de los espacios sin balón.

Pero sin duda a México se le presenta una oportunidad única para acabar su racha negativa contra Alemania y llegar a una final donde lo estará esperando Portugal o Chile.

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