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Nerd y blanco de matones: la fascinante transformación de Jeff Horn de maestro de escuela a retador de Manny Pacquiao por la corona mundial del boxeo

En el salón de clases lo conocen como el señor Horn. Pero en el cuadrilátero lo han apodado "The Hornet" (El avispón).

Un casi ignoto profesor de educación física de Australia está a unas semanas de enfrentarse con el legendario boxeador filipino Manny Pacquiao por el título mundial de los pesos wélter.

Si Jeff Horn, de 29 años y a quien la prensa lo ha llamado “el profesor que pelea”, logra vencer al campeón reinante y leyenda del boxeo, el próximo 2 de julio, su vida podría cambiar para siempre.

Pero, ¿quién es Jeff Horn?

Hace 11 años, Horn, quien se autodefine como “un nerd en aquellos tiempos”, acudió a una escuela de boxeo para aprender defensa personal.

Leía mucho y jugaba juegos de mesa en la biblioteca durante el almuerzo, lo que lo convirtió en un objetivo de los matones de la clase en un colegio de la ciudad de Brisbane, donde vivía.

El único aficionado por la lucha de puños en la familia era su abuelo, Ray Horn, quien había disputado algunas peleas de exhibición en la ciudad de Queensland en la década del 30.

Su padre, Jeff Horn, es constructor. Y su madre, Liz Sykstra, trabaja para la caridad en la Sociedad San Vicente de Paul.

“Me metí en algunas peleas en el bachillerato. Y no gané muchas de ellas”, le contó Horn a la BBC.

Pero su entrenador, Glenn Rushton, lo convenció de que podría convertirse en el próximo campeón y lo introdujo en un nuevo estilo de boxeo: el de la “presión que rompe el ritmo de la pelea”.

Mientras trabajaba como maestro sustituto, Horn despuntaba su afición por el boxeo coleccionando cinturones de campeón, aunque no representaban más que pequeños premios de hasta US$1.500.

En 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres, Horn llegó hasta los cuartos de final mientras estudiaba para su grado de licenciado. Entonces pasó a ser boxeador profesional.

Ahora, su trabajo de tiempo completo es ser el segundo mejor boxeador clasificado del peso wélter. Detrás de Manny Pacquiao.

“Estoy a un mes de la pelea de mi vida”, dijo Horn a principios de junio.

“Y he estado recibiendo mensaje de antiguos alumnos que me desean buena suerte”, relató.

¿Cuán importante y grande es esta pelea?

Ha tomado meses de negociaciones concertar esta pelea, que ha sido denominada “La batalla de Brisbane” y está planeada para el próximo 2 de julio.

La expectativa por el aspirante al título local y, sobre todo, el nombre del gran boxeador filipino, ha revitalizado el interés por el boxeo en Australia.

Más de 50.000 personas se espera que llenen las gradas del estadio Suncorp de Queensland y se calcula que la transmisión de televisión llegará a más de 150 países, de acuerdo al promotor de la pelea, Jim Banaghan.

De acuerdo con lo poco que se sabe sobre la bolsa de premios, sólo por ir a la pelea Pacquiao recibirá US$10 millones.

Y toda esa expectativa ha posado el foco de los medios sobre la familia de Horn.

“Ellos están felices por mí, pero también un poco nerviosos. No quieren verme lastimado”, explicó.

Después de que la pelea entre Pacquiao y Floyd Mayweather se convirtió en la más rentable de la historia, el combate australiano podría considerarse como una atracción secundaria.

Mientras tanto Pacquiao, de 38 años, está trabajando como senador en su país. Y durante la gira de promoción de la pelea en Australia, el pasado mes de abril, Pacquiao parecía estar más interesado en su teléfono celular que en su oponente.

Dicha presentación fue de hecho un poco decepcionante para los amantes del boxeo: en vez de un intercambio de provocaciones y retos verbales anticipando la subida al cuadrilátero, lo que hubo fue un trato respetuoso entre dos contrincantes.

“Yo sé que mi rival lo que tiene ahora es hambre”, dijo Pacquiao en la rueda de prensa.

“Yo estuve allí. Yo estuve en su misma situación. Cuando comencé y era más joven, no podía dormir la noche anterior porque estaba pensando en la pelea”.

Pero, ¿tiene realmente el profesor alguna oportunidad?

Cualquiera sea el resultado, va a cambiar la vida de Horn. De la noche a la mañana, el docente va a recibir una importante inyección de dinero, pero el verdadero cambio se producirá si logra ganar.

Una victoria sería considerada como una de las más importantes de la historia deportiva de Australia y lo colocaría en un escenario junto a las bolsas millonarias del boxeo.

Para el conocido promotor Bob Arum, quien trabajó con Mohamed Alí, el público a su favor podría ser una ventaja a la hora de ganarle a alguien con tanto nombre.

“A ver, si la pelea con Pacquiao fuera en Las Vegas o el Madison Square Garden en Nueva York, no le daría muchas opciones porque los nervios lo acabarían”, le dijo Arum al diario Courier Mail.

“Pero el hecho de que vaya a pelear frente a sus compatriotas y vecinos, podría calmarlo y eso podría ayudarle con la confianza en sí mismo”, agregó.

El boxeador Anthony Mundine, excampeón mundial de boxeo, dijo que una victoria era posible, pero que a pesar de sus 38 años, Pacquiao sigue siendo uno de los grandes nombres del boxeo.

“Aunque su momento de gloria haya pasado, sigue siendo un pegador peligroso”, le dijo el expugilista australiano a la agencia de noticias AP.

“Pero cualquier cosa puede pasar en el boxeo”.

Horn está entrenando seis días a la semana antes de la pelea, visualizando el cuadrilátero rodeado de fanáticos gritando su nombre.

“Ambos peleadores somos buenas personas, excepto cuando comience la pelea. Lo único que vamos a querer es acabar con el otro”, anticipó Horn.

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