“¿Ves a esa camarera?”, le dijo el croata Ivan Rakitic a su hermano. “Voy a jugar por el Sevilla y me voy a casar con esa mujer”.
BBC NEWS MUNDO
La romántica historia de cuando el croata Ivan Rakitic entró a un bar y terminó convertido en una estrella del Barcelona
Está escrito en primera persona, con la misma ilusión con la que hace seis años pronunció las palabras que cambiarían para siempre su vida.
El que es ahora una de las estrellas del FC Barcelona, miembro del equipo que ganó el triplete de liga, Copa del Rey y Champions en 2015, confesó lo que sintió la primera noche cuando llegó a España.
Lo hizo en un artículo publicado en el medio estadounidense, The Players Tribune, plataforma que es utilizada por los deportistas para contar historias de sus vidas.
Con el título “Un chico croata entra al bar”, Rakitic recordó cómo aquella noche en 2011, junto a su hermano, quedó deslumbrado por la camarera que atendía en el bar del hotel, Raquel Mauri.
“Tengo una historia para Hollywood. Es una comedia romántica. Pero es de verdad”, abrió el texto.
Rakitic llegó a la capital andaluza, después de cuatro años en el Schalke alemán, para fichar por el Sevilla.
“Sólo me quedaba hacer las pruebas médicas y firmar el contrato”, apuntó.
Después de cenar con gente del club sintió que no podía dormir, por lo que le dijo a su hermano: “Tomamos una copa y después ya iremos a dormir.”
“Estas palabras me cambiaron la vida”, reconoció.
“Porque la mujer que esa noche trabajaba en la barra era… vaya, ¡de otro mundo! Esta es la parte de la película cuando todo va en cámara lenta, ¿sabes? Ella era tan hermosa”.
Motivación
El mediocampista croata contó cómo antes de firmar por el Sevilla hubo otro club que estuvo interesado en sus servicios, pero que desestimó escuchar cualquier oferta para poder estar cerca de la camarera que lo había atendido en el hotel donde se hospedaba.
“Sólo sabía su nombre: Raquel. Ella no hablaba nada de inglés y yo nada de español. Así que cada día… 'Buenos días, Raquel. Un café y una Fanta naranja'”.
“No sé cómo explicarlo. A veces, conoces a alguien y te sientes distinto. Cada vez que la veía… explotaba una bomba dentro de mí”, revivió lo que sintió en ese momento.
Rakitic explicó que la escena se repitió durante los tres meses que estuvo en el hotel y que a medida que pasaba el tiempo su español iba mejorando.
Sin embargo, Raquel nunca aceptó entre las 20 y 30 invitaciones que le hizo para salir.
“Nunca me dijo 'no', pero siempre tenía alguna excusa como que tenía que trabajar y después irse a dormir”, lamentó.
Al cabo de un tiempo, Raquel le explicó que no saldría con él porque se trataba de un futbolista, pero Rakitic asumió esas palabras como un reto más para convertirse en un jugador imprescindible en el Sevilla.
“Tal vez piensa que no soy muy bueno y que el Sevilla me vende el próximo verano”, pensó.
Con esa motivación, el mediocampista logró rápidamente su objetivo en el campo, pero tuvo que esperar siete meses para poder cenar con Raquel luego que un amigo le informó que ella no estaba trabajando.
La emboscada funcionó. “Al día siguiente, nos encontramos para comer y desde entonces hemos estado juntos”, dijo.
“Seis años después, y ahora con dos hijas preciosas. Eso fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Fue más duro que ganar la Liga de Campeones… y casi la misma duración”, bromeó.
Etapas de vida
En su artículo, Rakitic también habló del momento cuando conoció a la familia de Raquel, de su infancia en Suiza, país al que llegó su familia antes de que estallara la guerra en los Balcanes y de su admiración por Robert Prosinecki.
También tuvo párrafos para hablar de su llegada al Barcelona y de compartir vestuario con jugadores como Lionel Messi, Neymar, Luis Suárez, Xavi Hernández y Andrés Iniesta.
“Dejé Suiza hace 10 años para seguir mi sueño en el extranjero, y tengo mucha suerte de haber acabado en el Barsa.
Espero llevar la camiseta durante muchos años más”, se mostró agradecido.
Las últimas líneas se las dedicó a su hija mayor, de 4 años, a quien no le gusta cuando hay otro jugador que anota un gol que no sea su papá.
“Ella se enfada mucho. Dice, '¡No! ¡Tú debes de marcar el gol!'”, cuenta.
“No le importa si es Messi o Suárez. No. No es suficiente. Tiene que ser papi el que marca. No le vale una asistencia, él tiene que marcar. Estoy haciendo lo posible”.
“Tendré que hablar con Leo sobre este tema… “, concluyó.
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