“Allí pasé mi infancia y juventud y concluí los estudios de ingeniería y volví a Guatemala después de la universidad habiendo casi perdido la lengua”, explicó en Barcelona.
La vuelta a Guatemala fue especialmente traumática: “Llego a un país que desconozco, sin la lengua y con un oficio (la escritura) que no es el mío, porque, de hecho, no me gustaban los libros y no era lector”.
Su entrada en la literatura fue, dice, “azarosa y vertiginosa” , una “caída en los libros a los 28 años, por accidente y por mucha frustración frente a esa idea de desubicación” .
Tras renunciar a su trabajo como ingeniero y comenzar a leer compulsivamente, publicó su primer libro, Esto no es una pipa, Saturno en 2003, y desde entonces ha escrito siempre “libros breves, breves horizontalmente, pero profundos y complejos en la temática” .
A pesar de que dejó de ejercer la ingeniería en 1999, Halfon considera que sigue siendo “muy ingeniero en la forma de estructurar mis relatos y mis libros” .
Tras abandonar Guatemala, Halfon se instaló en España, en La Rioja, se nacionalizó español y se casó con una riojana, y en la actualidad vive en Nebraska, adonde llegó acompañando a su mujer, que realiza una beca Fullbright.
Considera el autor que sus libros “dialogan entre ellos” y el narrador tiende a ser la misma persona, una especie de alter ego de Eduardo Halfon con el que comparte casi toda su biografía.
Monasterio comienza con una imagen: la llegada a Israel de dos hermanos -uno de ellos es el propio autor- que no quieren estar ahí, pero que llegan con el pretexto de la boda de una hermana.
La literatura de Halfon es una “constante búsqueda por comprender mi identidad -según confiesa-, pero también es una búsqueda de las raíces, de la historia de mi abuelo polaco, el de El boxeador polaco, mi abuelo libanés, la historia de los judíos” .
Monasterio quiere ser también “un llamamiento crítico a la intolerancia religiosa y cultural” y alude a la cuestión de la salvación, a la que se llega por el poder de la palabra, pero también a través de lo espiritual.
Recuerda que provoca cierta extrañeza cuando a menudo dice que es judío y árabe, “algo que molesta especialmente a los judíos y tiende a crear confusión, pero es real: tengo un abuelo polaco judío y tres abuelos árabes (libanés, egipcio y sirio), y aunque judíos, los tres son de países árabes, y su cultura estaba muy presente en mi casa” .
Aunque inicialmente sus autores de referencia eran los norteamericanos, poco a poco se fue acercando a la literatura latinoamericana y española y, ya como escritor, fue desarrollando su propia lengua.
Confiesa Halfon que en su obra hay “una confusión entre realidad y ficción, si bien una ficción anclada en puntos reales” .
Con Monasterio, Asteroide inicia la publicación de obras inéditas de autores contemporáneos en español, que continuará en otoño con “Big time, la maravillosa historia de Perico Vidal” , de Marcos Ordóñez.