Jenifer Calderón, directora ejecutiva de la Fundesem, junto a instituciones públicas y privadas lanzaron un plan que busca preservar el llamado manatí antillano, cuyo nombre científico es Trichechus manatus manatus, una subespecie que habita en las aguas del mar Caribe, río Dulce y el lago de Izabal, en el noreste de Guatemala.
“Actualmente calculamos que hay un poquito menos de 60 ejemplares de manatí viviendo en Guatemala“, aseguró Calderón.
Calderón explicó que hace dos décadas la población de esta especie era más o menos de 150, según un estudio publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 2006.
El mamífero acuático, conocido también como “vaca marina”, se encuentra incluido en la categoría 1 “en peligro crítico” de la lista de especies amenazadas del Conap y a nivel mundial se ubica catalogado como “vulnerable”, de acuerdo con la lista roja confeccionada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Causas de su extinción
Miembros de grupos ambientalistas de Guatemala advirtieron este 28 de mayo que las siguientes actividades humanas han puesto al borde de la extinción de los manatíes en Guatemala:
- Caza ilegal
- Pesca
- Alteración y contaminación de su ecosistema
- Golpes de embarcaciones
En la actualidad, se calcula que la especie no supera los 60 ejemplares.
La ambientalista explicó que entre las principales causas de la reducción de manatíes en Guatemala están la caza ilegal para el consumo de la carne, las redes usadas para la pesca en las cuales algunos ejemplares quedan atrapados y la contaminación de su ecosistema.
Calderón agregó que en algunas ocasiones, los ejemplares son golpeados por embarcaciones por lo que ayudando al Conap se busca impulsar la aplicación de un reglamento que permita regular la velocidad de navegación en las zonas habitadas por el manatí.
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“Estamos haciendo un llamado a la acción para dar a conocer la problemática que tiene el país en relación al manatí que está en peligro de extinción”, alertó Calderón.
Por su parte, las autoridades presentes expusieron que continúan desarrollando monitoreos de manatíes en el marco de la estrategia nacional para la conservación de la especie y su hábitat en Guatemala.
Asimismo, pretenden incorporar una estación biológica en el centro de capacitaciones “Las Camelias” en el Parque Nacional Río Dulce.
En la actividad también participó Raquel Sigüenza, representanta de país de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); Andrea Navas, especialista en biodiversidad de Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés); Fabiola Corona, bióloga experta en manatíes; e Igor de La Roca, secretario ejecutivo del Conap.