Aunque en la mayor parte de año se asemejan a un desierto, estos bosques son el hábitat de decenas de especies de mamíferos, reptiles, aves y plantas.
En los bosques espinosos hay árboles grandes y pequeños y variedad de plantas provistas de espinas (cactus, principalmente), cuyos frutos son alimento esencial para infinidad de especies de aves, muchas de las cuales aprovechan la temporada de lluvia para reproducirse, debido a que la vegetación aumenta.
Otro atractivo de los bosques espinosos son los atardeceres, pues la temperatura registra un descenso prudencial -hasta los 24 grados- y el ambiente es propicios para apreciar el paisaje, Por esas razones, ambientalistas hacen un llamado para que se le dé la importancia que esos ecosistemas se merecen.
Teresa Barillas, comunicadora social del Instituto Nacional de Bosques (INAB) de Zacapa, señaló que los bosques espinosos son fundamentales para mantener el equilibrio en el medioambiente y destacó las características de las especies de árboles que los habitan.
“Algunas especies botan las hojas para mantenerse vivas en verano, otras florecen para luego dar frutos”, agregó Barillas, quien añadió que en ese tipo de bosques es común ver especies de aves como torcazas, palomas, chorchas, garzas y aves de presa, las cuales compartes espacio con mamíferos como el coche de monte y conejos.
Según expertos, esos ecosistemas han sido históricamente vulnerables al cambio climático, aprovechamiento de leña, deforestación, incendios forestales y avance de la frontera agrícola, por lo que su conservación es importante.
Además, estos bosques son los responsables de recargar las fuentes de agua de muchas regiones de Guatemala, El Salvador y Honduras.
“Constituyen un reservorio de biodiversidad muy alta y son buenos para el secuestro de carbono, pero esos bosques son objeto de depredación para sacar leña, porque muchas especies nativas tienen alto poder calorífico”, dijo en una entrevista anterior el analista ambiental José Miguel Leiva.