“Es un problema serio al que nos enfrentamos a diario. Se pierde tiempo y los gastos de pasajes no bajan de Q20 al día”, manifestó Sagastume, quien refiere que sale de su casa con bastante anticipación para llegar a tiempo a su trabajo, ya que en cada parada espera de 15 a 20 minutos.
Íngrid Marroquín vive al final del bulevar Minerva y todos los días sale a las 6 horas de su casa hacia la parada de buses, pero estos pasan repletos.
“Es un serio problema la falta de buses en nuestra zona porque nos exponemos al peligro. Los ruleteros van sobrecargados y se dan robos. A mí me han robado dos teléfonos celulares”, señaló.
Edwin Chinchilla, quien reside en Planes de Minerva, cuenta que miles de personas son afectadas por la falta de transporte público y que quienes padecen más son los vecinos de Jardines de Minerva y Tierra Nueva 2, porque viven al fondo de esa zona y deben abordar hasta tres vehículos.
Chinchilla afirmó que redujeron la circulación de buses rojos, por el ingreso del servicio de Transurbano, pero desde hace casi un año no transitan esos buses en la zona.
Buscan solución
Augusto Gómez, alcalde auxiliar del lugar, sin dar detalles, refirió que hay una junta integrada por transportistas y usurarios para buscar salida a la situación.
Édgar Enrique Guerra, defensor de los Usuarios del Transporte Público de la Procuraduría de los Derechos Humanos, indicó que la falta de transporte en ese sector se debe a la violencia y a la crisis financiera de las empresas de Transurbano, vinculado con la inexistencia de subsidio a ese transporte.
Wálter Montiel, vocero de la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos, informó que EGA y Servitax brindan servicio en esa zona, pero a causa de las extorsiones ha bajado el número de unidades. Agregó que en unos seis meses funcionará el sistema prepago que utiliza Express Roosevelt y Naranjo.
Se buscó la postura de Transurbano, pero Sergio Vásquez, vocero de la empresa, no respondió las llamadas.