El general Édgar Soto detalló que los explosivos tenían más de 30 años, y que por sus características pudieron ser parte de un buzón utilizado por los grupos subversivos durante el conflicto armado interno.
Las autoridades militares coordinaron con personal de la División de Investigación, Desactivación de Armas y Explosivos de la PNC y fiscales del MP para trasladar los artefactos a las instalaciones de la Cuarta Brigada de Infantería con sede en Cuyotenango, para desactivarlos y destruirlos en un área segura.
“Los trabajadores nos informaron sobre el hallazgo. No tocaron ni manipularon los explosivos. El aviso fue importante porque este material pone en riesgo la vida”, manifestó Soto.