¿Diferencias culturales justificaban la expulsión del grupo de judíos?
Hemos visto en las redes, odio y xenofobia en contra de San Juan La Laguna como comunidad indígena. Nos preocupa porque hay dos derechos vulnerados, y no es solo una cuestión de derechos culturales.
Para entender la situación se deben conocer y entender las condiciones de administración de justicia indígena, las condiciones de diálogo, consulta y las circunstancias en la comunidad de San Juan La Laguna, antes de expulsarlos.
¿Cuándo se enteró Codisra del conflicto?
En medios de comunicación, hace unos tres meses, cuando los judíos denunciaron discriminación.
Tratamos de documentarnos y nos acercamos a ambos grupos, en coordinación con la delegación de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) en ese municipio. Sin embargo, ya había otro escenario en el lugar. No pudimos comunicarnos con el grupo judío ni con la comunidad de San Juan La Laguna. Fue hasta hace un par meses que la segunda nos pidió asesoría, pero solo tuvimos participación como observadores para no favorecer a ninguno de los dos grupos.
¿Qué aspectos eran los de mayor riesgo?
El ambiente era tenso y las autoridades estaban preocupadas por la seguridad de los judíos, pues había molestia en la comunidad por la conducta de ellos. Desconozco sobre esa religión, pero dicen que no interactuaban con la comunidad, porque si se les aproximaban se convertían en impuros.
Otra situación es que un reglamento del municipio ordena que todas las actividades religiosas concluyen a las 22 horas, pero los judíos las mantenían hasta las 3 horas del día siguiente.
Cuando los pobladores les suministraban algún servicio, les dejaban el dinero tirado para no contaminarse, y les pagaban lo que ellos consideraban que era el costo de lo comprado.
¿Tenían que aceptarse las costumbres del grupo judío?
La comunidad de San Juan La Laguna tiene derechos ancestrales, por lo que no es tanto que ellos tengan que aceptar las costumbres de los que llegan, quienes también deben aceptar las de la población.
Tenía que haber líneas de coordinación, y eso no ocurrió porque era algo nuevo para la comunidad.
¿Cuál fue el detonante del problema, si los judíos vivían en ese municipio desde hacía seis años?
Hace aproximadamente seis años que llegaron los judíos, pero eran pocos. Lo que empezó a preocupar a la comunidad fue que en pocos meses —los últimos — empezó a llegar gran cantidad de ellos, unos 230 aproximadamente.
Además, grandes grupos de judíos vivían en casas pequeñas y los niños no iban a la escuela. Eso preocupaba a la comunidad, pues los judíos fueron bien recibidos al principio.
¿Se pudo evitar la expulsión?
La comunidad, en una asamblea en la que se agotó el sistema de derecho indígena —diálogo, consulta y consenso—, tomó la decisión de sacarlos.
Si se hubiera intentado desde el principio hubiéramos encontrado una solución, con un trabajo integral, con apoyo de instituciones como la PDH, Procuraduría de la Mujer, Procuraduría de la Niñez, pero cuando salió a luz el tejido social ya se había irrumpido.
¿La expulsión no es discriminación?
En el marco legal, la comunidad de San Juan llevó a cabo el proceso de acuerdo a sus costumbres, hizo asambleas y convocó a los judíos, pero estos no asistieron.
¿No había otra salida que la expulsión?
Dentro de la organización social de pueblos indígenas existe la expulsión, el destierro. Es la sanción máxima en el derecho indígena cuando se lesiona el orden comunitario y eso fue lo que decidió la comunidad en el ejercicio de su derecho, debido a que no había respuesta del grupo judío. Se ha aplicado a miembros de la misma comunidad.
¿Se puede evitar que se repita en el país?
En Guatemala hay comunidades de otros países que se han acoplado a la comunidad donde se asientan. Esa era la salida, el acoplamiento, porque hay un derecho ancestral de que las tierras son de quienes ya las habitaban.