Con ellos se encontraba Juan Palacios, quien solo sufrió un rozón de bala en la frente.
Los dos occisos portaban armas de fuego, pero solo Riquelme, quien trabajaba de guardaespaldas la tenía registrada en la Dirección General de Armas y Municiones; sin embargo, luego de ultimarlos, los homicidas se las llevaron.