El nido se encuentra en el centro de rescate de Arcas en Hawái, Monterrico, Santa Rosa, donde los conservacionistas han adaptado un espacio para que las aves no se adapten a la presencia de los humanos y que puedan ser liberadas en cualquier momento. Es la primera vez que se consigue que ese tipo de loros se reproduzca en cautiverio.
Fernando Martínez, director de Arcas, comentó que los loros nuca amarilla son endémicos de la Costa Sur, donde su conservación se ha puesto en peligro debido a la pérdida del hábitat y el tráfico de especies.
Agregó que ese tipo de loros anida durante 28 días y que el personal del centro de recate espera el nacimiento de los tres pichones, pues es fruto de “mucho” tiempo de trabajo y esfuerzo.
Predilectos
Según Martínez, los loros nuca amarilla son predilectos para los traficantes, debido a su inteligencia, color y gran tamaño. “Tienen mucha habilidad para hablar y eso los ha puesto en peligro”, refirió.
Se informó que la situación en la que se encuentra la especie es alarmante, ya que se calcula que en estado silvestre apenas hay 500 ejemplares, por lo que hacen un llamado a la población para evitar la comprar de pichones que son sacados de los bosques por traficantes.
Cada año, miles de animales silvestres son sacados de su hábitat por traficantes de especies, quienes a costa de todo obtienen a las crías, pues en la mayoría de los casos deben matar a los padres, según conservacionistas, quienes añaden que ocho de cada 10 especímenes traficados mueren durante el traslado.
El tráfico de animales no se detendrá una vez haya quienes estén interesados en pagar por ellos, por lo que los traficantes se dan a la tarea de identificar a los adultos próximos a procrear y darles seguimientos para meses después despojarlos de sus crías.