Guatemala

Comunidad judía dice ser víctima de odio injustificable 

La comunidad judía ortodoxa Lev Tahor que recientemente fue denunciada por maltrato infantil en la zona 9 de la capital y compró un terreno en una aldea de Oratorio, Santa Rosa, para instalar un campamento, señala que es víctima de odio injustificable.

Los integrantes de la comunidad judía pagaron camiones para trasladar sus pertenencias. (Foto Prensa Libre: Oswaldo Cardona).

Los integrantes de la comunidad judía pagaron camiones para trasladar sus pertenencias. (Foto Prensa Libre: Oswaldo Cardona).

Un integrante de ese grupo manifestó que han sido víctimas de maltrato. “Somos buenas personas, desconocemos las causas por las que grupos de poder nos odian y buscan desmantelar nuestra comunidad”, añadió.

Nachman Malka, integrante de la comunidad judía ortodoxa, expresó: “No tenemos odio para nadie, no sabemos por qué las autoridades nos acusan de varios delitos. Creemos que están siendo manipuladas por grupos de poder que tienen mucho dinero y pretender hacernos daño”.

Añadió que presentarán las denuncias correspondientes porque los están acusando falsamente y sin argumentos.

Presiones

Shelomo Elbarnes, líder religioso, comentó que son víctimas de presiones políticas extranjeras basadas en calumnias o difamaciones.

Recordó que el pasado 13 de septiembre, fiscales del Ministerio Público allanaron un edificio que habitaban en la zona 9 de la capital, donde se instalaron luego de que fueron expulsados de San Juan La Laguna, Sololá, en el 2014, para determinar si había niños víctimas de maltrato.

“Decidimos abandonar la población indígena luego de recibir amenazas si no nos marchábamos del lugar”, expresó el líder religioso.

Reciben apoyo

Ante las constantes acusaciones en su contra, la comunidad judía ortodoxa, integrada por unas 300 personas, decidió mudarse a un campamento improvisado en El Amatillo, Oratorio, donde esperan que los vecinos no se quejen de su presencia.

Yoil Weingarter, otro miembro del grupo, dijo que adquirieron un terreno de 300 manzanas por medio de una hipoteca bancaria, donde se construye un complejo habitacional y un centro espiritual.

Comentó que también tienen contemplado instalar empresas para generar empleos para los vecinos, así como cultivar y comercializar productos.

“Estamos dispuestos a regirnos por las leyes municipales de este hermoso lugar, donde nos sentimos felices y bien recibidos por las autoridades y vecinos, quienes nos ofrecieron su apoyo”, expresó Weingarter.

Víctor Pérez, vecino de Oratorio, manifestó: “Ellos son personas pacíficas y amables, aunque sus creencias son diferentes. Estoy seguro de que van a apoyar a los pobladores de escasos recursos”.

El alcalde de Oratorio, Yovany Orozco, manifestó: “Las autoridades estamos dispuestas a apoyar a esta comunidad judía en lo que necesiten, solo es necesario que se rijan a nuestras leyes y normas municipales. Les damos la bienvenida y esperamos que puedan vivir en paz, practicar su religión y ayudar a las comunidades aledañas”.

Reciben amenazas

La comunidad judía ortodoxa instalada en Santa Rosa está integrada por unas 70 familias, en su mayoría extranjeros.
En el 2014 abandonaron la población   de San Juan La Laguna, luego de que recibieron  amenazas si no se marchaban del lugar, pues los señalaban de que sus prácticas reñían con las costumbres del lugar.
 
Las autoridades  les pusieron un últimátum   para que salieran de su comunidad,  les advirtieron de  que les cortarían los servicios y los amenazaron con que  el  pueblo se levantaría   contra  ellos. Los judíos denunciaron las amenazas en el Ministerio Público y se mudaron a la capital.

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