Durante la noche unos 2 mil pobladores tomaron las instalaciones del Instituto Nacional de Electrificación (Inde) de Malacatán, la carretera hacia la frontera con México y volcaron un tuctuc. También quebraron ventanas de la municipalidad de Malacatán.
Durante la noche un grupo de pobladores intentó hacer la reconexión del servicio de energía, pero ocasionó interrupción en el centro de Malacatán, incluyendo el hospital local; Catarina, El Tumbador y El Rodeo, según vecinos afectados. El comercio de Malacatán cerró ante grupos de encapuchados que arrojaban piedras.
Según los inconformes, llevan cuatro semanas sin energía y demandan al alcalde Emilio Gálvez que los respalde. El funcionario dijo a Prensa Libre que está gestionando con Energuate las posibles soluciones a la conflictividad.
Los organizadores prohibieron a los presentes utilizar sus celulares para documentar los disturbios.
El Inde dijo en la noche que rechazaba la ocupación de la subestación y solicitó a Energuate su mediación con los usuarios inconformes porque esa institución es ajena al conflicto.
Aparte, Energuate también repudió la violencia, al tiempo que confirmó que la suspensión ocurre en comunidades de San Pablo, Catarina y Malacatán, pero es a causa de la manipulación de las redes de distribución.
Culpó de ello a grupos violentos que son una minoría pero que han impedido o agredido a personal de la distribuidora que ha llegado a las localidades a hacer trabajos de regularización de las instalaciones.
Por último, Energuate reiteró su disposición a normalizar las conexiones directas en un clima pacífico y en el marco legal.
Cerca de las 23 horas, llegaron a la municipalidad varios núcleos de reserva de la Policía Nacional Civil para resguardar el edificio.
La situación aún se mantiene tensa, y se espera que haya una mediación efectiva para solucionar los problemas.