También hay escuelas deterioradas debido a la falta de mantenimiento y por daños ocasionados por haber sido utilizadas como albergues o centros de votación, pues según reportes de Tribunal Supremo Electoral, solo en la primera vuelta fueron dañados 21 centros educativos durante la conflictividad por los resultados. Hasta finales de septiembre último habían sido reparados 16 planteles.
Poco avance
Olga Monterroso, directora departamental de Educación en San Marcos, argumentó que la reconstrucción de escuelas dañadas por los movimientos telúricos ha tenido un retraso, debido a que el Estado se ha tardado en asignar los fondos.
Monterroso lamentó que existan casos como la reconstrucción de las escuelas Francisca Sandoval y Naciones Unidas, en la cabecera, que tienen una asignación presupuestaria pero que no saben cuál fue el destino de los fondos.
Ofelia Barrios, vecina del cantón San Ramón, donde se encuentra la escuela Francisca Sandoval, también mostró preocupación por el abandono del recinto. “A pesar de que la mina Marlin donó dinero para la reconstrucción, no sabemos cuál fue su destino”, señaló.
En Retalhuleu, la situación es preocupante para autoridades y vecinos. Azalia Castillo, directora departamental de Educación, señaló que en el departamento hay siete escuelas que aún presentan daños por el terremoto del 2012 que azotó con mayor fuerza a San Marcos, por lo que han optado por impartir clases en galeras, ranchos o al aire libre.
“El reto de este año será gestionar ante el Gobierno y la cooperación internacional la reparación de los establecimientos dañados para atender a 48 mil estudiantes de nivel primario”, comentó Castillo.
En Huehuetenango, además de los problemas de infraestructura también se agudiza la crisis por la falta de maestros. “La realidad de la educación pública en el país es grave y hay que trabajar con lo poco que se tiene”, comentó Elvis Velásquez, docente de Aguacatán.
Para la Dirección Departamental de Educación la jubilación de docentes es un problema, debido a que muchos de ellos se retiran y dejan las plazas vacantes.
Beatriz Muñoz, directora departamental de Educación, señaló que se necesitan otros 800 maestros para cubrir las necesidades educativas.
“Huehuetenango es un departamento grande, donde la mayor parte de la población es joven, por lo que es necesario garantizar el recurso humano en las escuelas”, agregó.
Vecinos de Tectitán señalan que una muestra de la precariedad de la educación en el departamento es la condición en la que se encuentra la escuela urbana de ese municipio, pues está en total abandono.
En Quetzaltenango, debido a los los terremotos, algunos centros educativos presentan daños, como el Instituto Normal para Varones de Occidente de la cabecera, donde la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) determinó que varios salones no pueden ser utilizados por estudiantes.
Sobrepoblación
En Chimaltenango, unos 159 mil estudiantes de preprimaria y diversificado comenzarán el ciclo escolar en pocos días, lo que es visto con preocupación por las autoridades de Educación, que califican ese número como elevado.
En Petén, integrantes del comité de padres de familia de la colonia Vista Hermosa, San Benito, cansados de esperar acciones de las autoridades, que dejaron inconclusa la construcción de una escuela desde hace dos años, retomaron el proyecto con esfuerzo propio, pero los niños deberán comenzar el año lectivo en aulas de madera y piso de tierra.
En Izabal, además de los problemas en las escuelas, la población se queja por la poca atención en el tema de alimentación y gratuidad, ya que el último desembolso que debía ser entregado en septiembre último no se dio.