Son ocho mil usuarios de la empresa municipal de agua que reciben el suministro de forma regular tras la suspensión, ya que las autoridades utilizan el sistema por gravedad para no dejar sin el líquido a los pobladores.
“La suspensión de las bombas no afectó el servicio, pero lo hemos racionado, porque un sector recibía tres horas ahora solo recibirá dos y la población tendrá el servicio a cada dos días”, explico Gilmer Clemente, de la comuna.
Tras la suspensión del servicio, por una deuda de Q32 millones de la comuna con Energuate, el municipio dejó de recibir ocho metros cúbicos de agua, que eran los que abastecían a dos tanques hasta el pasado martes.
“Por el momento no hemos sufrido las consecuencias, pero ojalá que se arregle cuanto antes el problema para evitar que nos sigan recortando el tiempo en que nos conectan el agua”, indicó Mariza Lemus, vecina de cantón San Isidro.
La empresa distribuidora de energía eléctrica desconectó los cables y retiró las cañas del transformador que suministraban el fluido a las dos bombas que funcionaban 20 horas diarias, para abastecer a ocho mil usuarios del área urbana.
Según el Departamento de Agua y Drenajes de la municipalidad, seis de cada 10 usuarios mantienen morosidad desde hace 10 años, lo que contribuye a que no se recaude la cuota para el pago del servicio con Energuate.
Se desligan de alumbrado público
El Concejo asegura que solo reconocerán, a través de un convenio de pago, una deuda de Q4.4 millones, que es lo que se arrastra desde la administración del 2004 por el servicio de energía eléctrica en el edificio municipal, rastro, biblioteca, gimnasio, mercado, baños públicos de la terminal de buses y el salón.
“La municipalidad adeuda de sus oficinas Q4 millones 479 mil, y nos están sumando Q28 millones del alumbrado público, pero eso la empresa lo cobra en la factura, porque son ellos los agentes cobradores porque ningún usuario viene a pagar aquí a las oficinas. Que nos demuestren con documentos que la municipalidad está recibiendo de parte de ellos esa tasa”, explicó el alcalde Hipólito Hernández.
Algunos vecinos prefieren no opinar sobre el tema, pero al consultarles sobre el monto que pagan de alumbrado público muestran el recibo en el que se detalla que son Q32.10, que es cargado mensualmente por Energuate.
“Hay que ser conscientes y no responsabilizar a las autoridades, porque aquí los únicos responsables son los de Energuate, que suspenden el servicio de los postes cuando nosotros somos los que pagamos para ver en las noches”, manifestó Fabio Juárez, vecino del municipio.
Según las autoridades se suspendió el servicio de alumbrado público a 290 lámparas del área urbana, por ello la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC) incrementó patrullajes y operativos para evitar hechos delictivos.
“Hasta cierto punto viene a perjudicar, ya que la delincuencia aprovecha la obscuridad para cometer sus hechos negativos. Desde el martes tenemos vulnerabilidad a robo de vehículos y motocicletas, así como asaltos. Recordemos que este municipio sirve de paso para los migrantes y retornados de México, por ello se incrementa la incidencia”, enfatizó Omar Monzón, jefe de la subestación.
“Aquí los únicos responsables que asalten a mi familia o que Dios no quiera asesinen a alguien, será la empresa, porque ellos cortaron el servicio de las lámparas y la obscuridad le abre la puerta a la delincuencia. Los pocos policías no alcanzarán para cubrir todas las calles donde está obscuro”, señaló Rómulo López, comerciante de Malacatán.
En el municipio hay cinco semáforos; sin embargo, por la suspensión del servicio cuatro dejaron de funcionar y han provocado que en las últimas 24 horas se hayan registrado accidentes.
La asociación de transportistas de la zona costera también se pronunció ante la falta de energía eléctrica de los semáforos, ya que los deja expuestos a riesgos por el tránsito de autobuses extraurbanos que se conducen hacia la cabecera departamental.