El menor quedó inconsciente por lo que fue llevado a la emergencia del Hospital Nacional de San Marcos, en donde falleció este martes, debido a los golpes recibidos.
Vecinos del lugar, al notar lo que sucedía se organizaron y lograron la captura de dos menores, a quienes entregaron a la Policía Nacional Civil.
Parientes del menor aseguran que este no tenía problemas con nadie, por lo que ahora piden a las autoridades que se investigue el caso, para que su muerte no quede impune.
Postura
Cynthia del Águila, ministra de Educación, dijo que en el caso de la muerte del menor en San Marcos no había denuncia formal de acoso escolar, pero que a pesar de eso una comisión de la cartera se encuentra en el lugar para efectuar una evaluación.
Agregó que la agresión se registró fuera del establecimiento, pero que investigarán porque fue que se llegó a esas consecuencias.
Del Águila indicó que en cada establecimiento educativo debe existir una comisión de disciplina, la cual es la encargada de alertar sobre cualquier caso de acoso, con lo que se busca denunciar ante las autoridades correspondientes a los agresores y evitar incidentes lamentables.
Explicó que este año se tienen documentadas entre seis y siete denuncias de acoso en distintos departamentos del país.
Definición
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), un alumno es objeto del bullying o acoso escolar, cuando está expuesto continuamente a conductas agresivas que buscan infligirle lesiones o molestias mediante el contacto físico, los insultos, la agresión o la manipulación psicológica.
El acoso entraña un desequilibrio de poder y puede comprender las bromas, los insultos, el uso de apodos ofensivos, la violencia física o la marginación social.
Un acosador puede actuar solo o concertado con otros condiscípulos.
El acoso puede ser directo, como en el caso en que un niño le exige a otro dinero o pertenencias, o indirecto, como sucede cuando un grupo de estudiantes difunde rumores sobre otro.
El acoso cibernético es el que se realiza mediante el uso del correo electrónico, el teléfono móvil, los mensajes de texto y los sitios web difamatorios.
Los niños pueden ser más vulnerables al acoso cuando padecen alguna discapacidad, expresan una preferencia sexual distinta de la predominante, proceden de una minoría étnica o un grupo cultural diferentes o tienen determinada extracción socioeconómica.
Tanto para la persona acosadora como para su víctima, el ciclo de violencia e intimidación trae por resultado una mayor dificultad en las relaciones personales y una disminución del rendimiento académico.
Los y las alumnas que son objeto de bullying tienen más probabilidades de sufrir depresiones, sentirse solos o ansiosos y padecer de escasa autoestima.
Por su parte, las personas que acosan suelen actuar motivados por la frustración, la humillación o la ira, y en respuesta al ridículo social.
